Recordamos
al fundador de Carteles en su natalicio, el pasado 26 de
febrero de 2015 en el célebre “Coronita”, el restaurant que
sirve los moles oaxaqueños más ortodoxos, más sabrosos por
tradicionales. Periodistas y amistades nos sentamos a escucharlo a él
mismo, en la voz dramatizada de Jorge Cruz Pineda, también
periodista. Compartimos aquí algunas imágenes de la vida y la obra
de don Néstor Sánchez y fragmentos de su libro autobiográfico
leidos en voz alta, más otros que hoy dejan la ineditez deseando que
sean de su agrado y previendo que todo el volumen pueda llegar a
hacerse un audio-libro en un futuro cercano... claro, si ello seduce
a quienes lo van a conocer en esta novedosa propuesta bibliográfica.
NOTA
AL LECTOR: este texto tiene integradas grabaciones de audio. El
lector deberá picar en el link puesto enseguida del párrafo que lo
explica y éste lo llevará a otra página web llamada
“zippyshare.com” que lo reproducirá al picar su icono, que es un
círculo anaranjado con un triángulo blanco apuntando hacia su
derecha, y que aparecerá a la izquierda de su pantalla, con el
gráfico del audio... Adelanto una disculpa por no podérselo hacer
más sencillo al lector. CSI.
Esta es la invitación que circuló. Contiene el programa, ponentes y menú conmemorativo:
EL
ESTILO DE MI PADRE.
Ya
está en circulación la 4a edición del libro
autobiográfico del periodista oaxaqueño Néstor Sánchez Hernández
(1918-2001): Un mexicano en la guerra civil española y otros
recuerdos. De todas es la más bella, pero eso le tocará
decidirlo a quienes la tengan ante sus ojos.
Su
título hace énfasis en el sangriento derrumbe de la segunda
república española, en 1936. La anhelada transición democrática
desde la monarquía hacia la democracia, acaparó la atención de
México al hacerse irreconciliables sus propias desgarraduras
ideológicas. Desembocó en una guerra civil que se extendió por
tres años. El agravamiento de la crisis española atrajo la atención
del mundo. Jóvenes y veteranos de 52 naciones se enlistaron como
milicianos voluntarios para ir a defender con las armas los ideales
políticos republicanos. Oaxaca aportó a las Brigadas
Internacionales tres voluntarios: Tito Ruiz Marín, de Unión Hidalgo
y Silvestre Ortiz Toledo, de Ixtepec. El tercero de aquellos
muchachos fue mi padre, don Néstor.
Muchos
de los que estamos aquí reunidos recordamos cómo nos contaba sus
recuerdos de entonces. Era un charlista eficasísimo al que no se
podía dejar de escuchar. Enriquecía su plática empleando sus
mejores recursos intelectuales, pero además, habiendo sido
protagonista de ellos o testigo de primera fila, sus relatos
comunicaban a la vez nombres, fechas y muchas emociones.
Quiso
mi buena estrella colocarme a su lado como su primer oyente de tiempo
completo cuando él ya había descifrado los grafismos de su propio
destino, pues pasaba de los 50 años de edad. Sus años de formación
autodidacta en las letras y en la historia habían madurado y me
tocaba el momento preciso de cosechar sus frutos.
–Lo
más importante para un periodista es su estilo, pues
los datos que obtendrá serán los mismos para todos
los reporteros de la fuente, pero el estilo personal de
escribirlos es lo que le va a distinguir, me dijo
alguna vez, mientras caminábamos de la casa hacia Carteles del
Sur.
–¿Y
qué es el estilo?, pregunté.
–El
estilo es el hombre, respondió.
La
respuesta no la pude comprender entonces, pero la memoricé de tan
“sencilla” que era.
–Si
quieres escribir bien tienes que desarrollar tu propio
estilo, remató.
Él
lo consiguió porque tenía innato el don de observar lo que le
rodeaba. En este sentido, su destino estuvo muy claro desde siempre:
sería periodista, pero le faltaba templar los resortes que
distinguen al periodista del literato: ser la voz confiable de una
causa social superior. Su experiencia en la guerra le ayudó a forjar
dramáticamente aquellos resortes y gracias a que salió vivo de
aventura tan tremenda, dedicó su juventud a entender los mecanismos
profundos de la lengua para que fuera el vehículo eficaz de sus
ideas. A falta de aulas y maestros, se entregó a la lectura de
novelas y poesías; a escuchar por radio los conciertos dominicales
de música clásica de la XELA; a leer las obras completas de Sigmund
Freud; a asistir a las conferencias que los intelectuales y artistas
plásticos dictaban en un México que había decidido abrazar los
ideales de la Revolución mexicana, antes de que acabaran en
discursos huecos.
Don
Néstor tomó la pluma en serio. Como toda su generación, pensaba
que sí era posible la redención de las masas campesinas y obreras.
Lo que faltaba era emplear los medios de comunicación en ese
sentido. El cine y la radio no fueron ajenos al interés de todos
ellos. Muchos otros oaxaqueños se aventuraron en aquellos
vericuetos, como el tlacolulense Rogelio Barriga Rivas, novelista y
guionista en la época de oro del cine nacional y como Enrique Othón
Díaz –a quien mi padre le pidió que fuera “padrino ideológico”
de su naciente periódico Carteles del Sur. Como ellos, don
Néstor escribió al menos tres guiones cinematográficos. La época
y su pluma febril le hacían buscar medios de expresión donde volcar
su creatividad.
Todos
entedemos lo que es un estilo de narrar. Pero sugiero que lo
comprendamos hoy de una manera más intensa, si esta es la palabra...
Recordando la silenciosa emoción que me embargaba cuando escuchaba
las vivencias en voz de mi padre, pero conociendo mis limitaciones
para ello, me atreví a solicitarle al colega Jorge Cruz Pineda
empleara sus propios afanes en contar, en voz alta, algunos
fragmentos del libro Un mexicano en la guerra civil española y
otros recuerdos. Dejé que él le imprimiera su personal estilo.
Escuchemos, pues, a don Néstor re-creado por el arte dramático y la
voz de Cruz Pineda.
En
este primer fragmento, mi padre nos introduce al cuartel de Santo
Domingo, hacia 1932, el sitio donde dejó atrás su niñez:
México
es de los escasos países que considera al periodismo como algo
distinto de la literatura. Quizás a ello se deba en Oaxaca la
escasez de libros de memorias de sus periodistas. En la historia del
periodismo del siglo XX los gringos se llevan la gloria de haber
inventado el género de “literatura de no ficción”, que no es
otra cosa sino el periodismo apoyado en la literatura y todos sus
recursos que enriquecen el lenguaje. La única diferencia es que
mientras el literato usa su imaginación, el periodista emplea datos
concretos y documentales como materia prima de sus relatos.
Don
Néstor amaba el “reportaje vivo”, aquel que debe abrirle las
puertas a la emoción, pues busca una reacción en el lector. Le tocó
a él ir a la vaguardia de batalla tan sangrienta. El siguiente
fragmento que escucharemos lo tituló “La batalla del Ebro”. El
narrador emplea la primera persona para expresarse y con este recurso
literario coloca al lector prácticamente a su lado. Lo hace
partícipe de lo que está sucediendo no solamente en aquel lugar y
en ese instante, sino en la mente vacilante y el alma llena de pavor
de sus protagonistas.
El
otro suceso que conmovió al mundo fue el asalto a la casa-fortaleza
de Trostky. Mi padre, al lado de David Alfaro Siqueiros y otros ex
combatientes lo realizaron. A conocer todos los hilos que se movieron
desde la oscuridad aquel 20 de mayo de 1940 dedicó mi padre décadas,
hasta que pudo comprender si no todo sí gran parte de aquella
operación dirigida desde el Kremlin. Lo dejó por escrito en este
libro.
Si aparece esta nueva edición es porque estos dos hechos: la Guerra civil española (1936-1939) y el Caso Trotsky, siguen siendo tema para los historiadores occidentales. La bibliografía se enriquece cada día y en muchas otras lenguas, además del español. Aún debe haber archivos y testimonios dejados por escrito que no se conocen. La historia, como siempre, puede llega a aclararnos casi todo, pero, como todos sabemos, nunca dicta verdades definitivas. No es dios, es musa.
De
vuelta en Oaxaca a fines de los cincuentas, don Néstor emplearía lo
que aprendió en la “universidad de la vida” para poner en marcha
su personalísimo proyecto periodístico. Escuchémoslo de él mismo:
Floresta
y desierto a la vez aseguran que es el mítico valle de la vida. Tras
agotar su último sendero, aquella comenzó a mostrarle a don Néstor,
ya imponentes, los estribos de sus montañas más ásperas y
misteriosas. Tras ellas, escuchaba él el eco marcial del ocaso de su
existencia: ... Aunque sea de jade se rompe. No para siempre en la
tierra. Solo estamos un poco aquí... Qué lejos estoy del suelo
donde he nacido...
Una
caída, una fractura y una pulmonía doblaron al combatiente.
Entonces le brotó una confesión que solo a los más queridos se
comparte, copa en mano. En ella, don Néstor Sánchez nos escrituró
el sentido de su vida, tras aventura tan impar. Es la siguiente:
DAR ENTRADA A AUDIO DE "A LOS AMIGOS..."
El arquitecto Octavio Flores Aguilón, cuya obra está por estudiarse... don Emilio, violinista y peluquero de mi padre, interpretaba muy sentidamente sus piezas; y el guitarrista y compositor don José Alcalá, nieto del autor de Dios Nunca Muere, don Macedonio. La obra musical de ambos debería recuperarse... Atrás, don Néstor. Todos están en su casa, de las Rosas 325.
Eso
es todo. ¡Brindemos por la amistad!
Claudio Horacio
Sánchez Islas
Oaxaca, Oax., 26 de
febrero de 2015. El Coronita.
Hasta aquí el texto leído, pero agradecemos las participaciones de Ángela Salcedo y de Gorki Valenzuela Hernández, pues dieron realce a esta inolvidable reunión.
Foto para la historia: periodistas de la "vieja guardia": Sentados, de izquierda a derecha: Jacobo Ventura Mesinas, Claudio Sánchez Islas, José Luis Velázquez Hernández, Prometeo y Néstor Y. Sánchez Islas.
De pie: Rafael Hernández, Lupita Thomas, Narciso Reyes, Abraham Cruz García, Carlos Cervantes, Alfonso Hernández Santos, Noé Amaro, Felipe Sánchez Jiménez, Ángel Soriano, Jorge Cruz Pineda y Gerardo Castellanos. 26 de febrero de 2015, en el "Coronita", ciudad de Oaxaca.
Más audios:
En éste don Néstor relata el re encuentro con una bella mujer que conoció en el barco que les llevaba hacia la guerra... No habría de imaginar, ni remotamente, de quién se trataba, hasta que cayó herido en el frente de guerra:...
El "Caso Trotsky" lo llevó a ingresar al macabramente célebre "Palacio Negro de Lecumberri", la penitenciaría de la ciudad de México. En este fragmento, el periodista nos hace recorrer su interior a través de su "carne de presidio"...
Otra foto memorable en la que se reunieron hijos de antiguos combatientes de la Guerra Civil española (1936-1939). De traje, el Ingeniero Gorki Valenzuela (su padre, don Manuel, estuvo en la XV Brigada Internacional Lincoln) y sentado, con los lentes de pasta negra, el Arqueólogo don Luis Rodrigo Álvarez (Su padre, español, estuvo en el Cuerpo de Ingenieros poniendo y reponiendo los pontones que permitieron cruzar el Ebro y, 100 días después, permitieron el retiro republicano). Les acompañan Lolita Rojas, esposa de Prometeo Sánchez (en primer plano), y la doctora Delia Enríquez, esposa de don Luis. Observan una edición especial del libro que les explica Claudio, acompañada de grabados originales, hechos por el joven artista Irving Herrera.
Finalmente, Jorge Cruz Pineda nos echó este pilón... Tomó este poema del libro "Soliloquios" que le publicó la Casa de la Cultura a don Néstor, en el lejano año de 1989. El escritor hace estos versos inspirado por un célebre cuadro de Siqueiros. Pieza y poema se titulan igual: "Nuestra imagen actual"... Fue escrito en 1950, en la ciudad de México:
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