Se debe al esfuerzo de sus coordinadores editoriales: Ismael G. Vicente Cruz y Gonzalo Sánchez Santiago. Con ser tan importante Zaachila, se impuso sobre su cielo un "silencio académico" que parece haber llegado a su fin, tras medio siglo de "ayuno" investigativo, tanto e fuentes documentales como e exploraciones arqueológicas... Por eso este libro marca un paraguas en la historia de la investigación de su pasado prehispánico.
Participaron en los recursos financieros de la edición Conaculta, la Secretaría de Cultura del gobierno estatal y el H. Ayuntamiento de la villa de Zaachila.
El libro publica trabajos recientes que analizan el rico pasado mesoamericano de tan importante ciudad, ¡cuya antigüedad podría rondar los tres mil quinientos años!
Recoge aquellos textos y muchas ilustraciones presentadas en una serie de conferencias públicas organizadas para reflexionar sobre el "Quincuagésimo aniversario del descubrimiento de las tumbas 1 y 2" por el arqueólogo Roberto Gallegos...
Veamos en primer lugar su contenido y la nómina de investigadores que colaboraran en esta publicación. Enseguida publicaremos con permiso de los Coordinadores tanto su texto introductorio como el ensayo que escribió especialmente Marcus Winter para presentar al amplio público las razones de este libro.
Así mismo publico aquí el correo electrónico del Arqueólogo Gonzalo Sánchez Santiago, para que el lector interesado pueda contactarlo directamente si lo requiere: gsxochipilli @yahoo.com.mx
Lista de contenidos y autores:
El arqueólogo Roberto Gallegos encabezó el equipo de exploradores.
Aquí comparte aquella maravilla en esta foto histórica.
El lector hallará este punto de partida para entender las razones de la edición, explicada por sus Coordinadores editoriales:
INTRODUCCIÓN
Zaachila,
la sede del antiguo señorío zapoteco, es un sitio emblemático en
la arqueología de Oaxaca. Los documentos etnohistóricos junto con
los descubrimientos arqueológicos de hace más de medio siglo, han
servido para entender mejor la historia del principal asentamiento
zapoteco en el Valle de Oaxaca hasta antes de la llegada de los
europeos. Sin embargo, la labor de investigación arqueológica ha
sido complicada; diversas circunstancias propiciaron que por varios
años el conocimiento sobre la historia de Zaachila permaneciera
estancado. La historia y la arqueología ―sobretodo ésta última―
se encontraban limitadas en cuanto a la adquisición de nuevos datos.
Por fortuna, en los últimos años esta situación ha cambiado en
parte porque la comunidad ha mostrado un interés por conocer su
propio pasado y porque las instituciones han brindado el apoyo para
las investigaciones. En algún momento, la autoridad municipal, la
comunidad y el Instituto Nacional de Antropología e Historia han
coincidido y colaborado en pro de la investigación arqueológica, ya
sea dentro del núcleo de la población o en la periferia.
Prueba
del creciente interés por conocer la historia antigua de Zaachila es
que en enero de 2012 se conmemoró el quincuagésimo aniversario del
descubrimiento de las tumbas 1 y 2 de la zona arqueológica conocida
como El Cerrito, y el cuadragésimo aniversario del descubrimiento de
las tumbas 3 y 4 del barrio de San Sebastián Mártir. El día 28 de
ese mismo mes se realizó una jornada académica que tuvo como sede
el claustro del templo de Santa María de la Natividad. En esa
ocasión se reunieron por primera vez investigadores de diferentes
disciplinas quienes presentaron al público sus trabajos recientes
sobre la arqueología de Zaachila, además de nuevas interpretaciones
sobre lo ya descubierto hace algunas décadas; en otros casos se
presentaron trabajos más generales sobre la cultura zapoteca. Esta
jornada despertó la inquietud tanto de los académicos como del
público en general por reunir en un volumen los textos de las
ponencias presentadas en 2012. En 2013 emprendimos la gestión para
el financiamiento de la publicación. En un inicio el proyecto
editorial consistió en solicitar a los autores la preparación de
los manuscritos tomando como base las ideas expuestas durante la
jornada académica. El formato de ensayo permitió a los autores
ahondar en detalles, actualizar información y enriquecer sus
contribuciones con gráficos y fotografías. Así, a finales de 2013
se presentó el proyecto ya concluido a la Secretaría de las
Culturas y Artes de Oaxaca (Seculta), institución que evaluó la
propuesta y decidió apoyar su publicación.
Como
resultado de la suma de esfuerzo, trabajo, paciencia y colaboración
entre instituciones e investigadores, presentamos Zaachila
y su historia prehispánica.
En un inicio, la contribución de Marcus Winter y Cira Martínez
López nos ofrece una perspectiva sobre la arqueología de Zaachila
desde la Etapa de las Aldeas, un aspecto muy poco conocido, pasando
por la Etapa de los Centros Urbanos hasta las ciudades-estado.
Destacan los hallazgos correspondientes a la fase Tierras Largas que
ponen en entredicho los paradigmas de la arqueología de Oaxaca que
hasta el momento sólo se han centrado en el valle de Etla. Además,
estos autores marcan las directrices a seguir en futuros trabajos
arqueológicos. Por su parte, Roberto Gallegos Ruíz brinda un
testimonio sobre el entorno y las condiciones en las que se llevó a
cabo la exploración y el hallazgo de las tumbas 1 y 2.
El
minucioso trabajo de recopilación y análisis de fuentes epigráficas
le han permitido a Javier Urcid dilucidar un tema poco explorado, la
relación entre el principal centro urbano del Valle de Oaxaca ―Monte
Albán― y Zaachila. Robert Markens ofrece una interpretación
novedosa sobre el significado de los espacios arquitectónicos del
Montículo A en cuyo patio se hallaron las tumbas 1 y 2. Enseguida,
Víctor de la Cruz propone una nueva interpretación sobre el
topónimo que aparece en la página 33 del Códice
Nuttall dedicada
la Dinastía Xipe. Las fuentes etnohistóricas dan cuenta de
movimientos de población de los Valles Centrales hacia el sur del
Istmo de Tehuantepec durante el Posclásico Tardío; al respecto, el
estudio de Alma Zaraí Montiel Ángeles y Víctor Manuel Zapien López
contribuye con datos sobre la presencia de materiales arqueológicos
zapotecos en el Istmo, principalmente de tumbas.
Dentro
de los hallazgos recientes se encuentra un monumento procedente del
Montículo B de El Cerrito. Se trata de un monolito con inscripciones
que fue descubierto debido a la erosión y a la paulatina destrucción
del montículo. En el estudio de Ismael Vicente Cruz y Javier Urcid
se hace una lectura de los jeroglíficos del monolito y se enfatiza
en la reutilización de los monumentos grabados en diferentes
momentos.
En
1971 el arqueólogo Jorge Acosta hizo la exploración del montículo
del Barrio de San Sebastián en donde encontró otras dos tumbas (la
3 y 4). A pesar de la importancia de este hallazgo, existe escasa
información sobre la exploración y los objetos (éstos no se
encuentran exhibidos al público). Con los datos proporcionados por
Acosta y nuevas evidencias, Alicia Herrera Muzgo Torres e Ismael
Vicente Cruz ofrecen una nueva interpretación sobre las etapas
constructivas y la ocupación de las tumbas 3 y 4.
Los
estudios que cierran este volumen tratan temas de la iconografía
zapoteca. En el primero, José Leonardo López Zárate aborda
aspectos sobre la guerra y los instrumentos bélicos usados por los
zapotecos. El análisis de las representaciones en diversos soportes
como figurillas, monumentos grabados, pintura mural y vasijas efigie,
le permiten a López Zárate plantear una clasificación de los
instrumentos de guerra, las prendas usadas para proteger el cuerpo y
los implementos que complementaban los atavíos para la guerra. En el
segundo, Gonzalo Sánchez Santiago trata sobre un par de elementos
(serpiente y búho) que aparecen frecuentemente en silbatos con
cuerpo de ave y cabeza humana. El autor propone que dichos silbatos
cumplían la función de comunicar visual y audiblemente temas sobre
la guerra, la muerte y transmutación de ciertos personajes.
Para
finalizar, expresamos nuestro agradecimiento a las personas que han
estado involucradas en la realización de este proyecto.
Primeramente, agradecemos la confianza y el entusiasmo del presbítero
Juan Ruiz Carreño, responsable de la parroquia de Santa María
Natividad de Zaachila, por proporcionar el espacio para la
realización del evento en el año 2012. Al maestro Roberto Gallegos
Ruiz quien dedicó tiempo dentro de sus labores para regresar a
Zaachila después de cincuenta años y compartir su experiencia
durante las excavaciones en enero de 1962. Agradecemos a cada uno de
los autores por el tiempo dedicado a la preparación de los artículos
y por su paciencia durante el largo proceso de gestión y edición.
Un reconocimiento especial a la licenciada Adriana Castillo Alonso
quien durante su gestión como directora de la Biblioteca Pública
Central Margarita Maza de Juárez, apoyó e impulsó el proyecto de
publicación. A la Seculta del Gobierno del Estado de Oaxaca y al
Honorable Ayuntamiento de la Villa de Zaachila 2014-2016, por su
incondicional respaldo, confianza y cooperación. Agradecemos al
maestro Rodrigo F. Cruz Iriarte por su apoyo y gestión ante la
Seculta. A Gabriel de Elías, Óscar Tanat y Saraí Guzmán por el
apoyo y dedicación en la etapa final de este proyecto.
Ismael
Vicente Cruz y Gonzalo
Sánchez Santiago
Villa
de Zaachila, Oaxaca. Diciembre
de 2014
Decoración es estuco de las tumbas de "El Cerrito"...
No es sencillo tener una visión panorámica de lo importante y complejo del panorama prehispánico zapoteco, pero para facilitarnos su comprensión se incluye un interesante y breve ensayo de Marcus Winter, quien ha explorado mucho del pasado zapoteco, destacando Monte Albán. Este es su texto:
Prefacio
Marcus Winter
Zaachila fue quizá la comunidad prehispánica más
significativa en el valle de Oaxaca. Situada en una posición
geográfica estratégica y privilegiada, ha sido ocupada
continuamente durante por lo menos 3500 años. Fue la capital
política de los zapotecos en el Posclásico Tardío (1250-1521 d.
C.), complementada por Mitla, la capital religiosa. Fue la sede de la
Dinastía Xipe, como se conoce a la familia o la Casa Real de
Zaachila del Posclásico, manifestada en las tumbas 1 y 2 en el
Códice Nuttall
―uno de los pocos manuscritos pictográficos sobrevivientes de la
conquista― y en los documentos coloniales, tanto pictográficos (el
Lienzo de Guevea) como escritos. Fray
Francisco de Burgoa, el cronista dominico e historiador de Oaxaca del
siglo XVI, radicaba en Zaachila, no lejos del principal centro
dominico en Cuilapan. Irónicamente, y a pesar de su trayectoria,
contamos con pocos datos arqueológicos del sitio. Existen datos,
pero son inéditos; hay algunos textos, pero están agotados o son
difíciles de obtener.
La cerámica policromada de Zaachila asombró al mundo...
Uno de los propósitos de este libro, Zaachila
y su historia prehispánica, es
remediar esta situación al proporcionar a los ciudadanos de
Zaachila, a los especialistas, a los estudiantes y al público en
general un cuerpo sólido de información sobre Zaachila
prehispánica. Los coordinadores, Ismael Gabriel Vicente Cruz y
Gonzalo Sánchez Santiago, han reunido diez estudios originales que
documentan la larga secuencia cronológica, varios aspectos de los
periodos Clásico (550-850 d. C.) y Posclásico Temprano (850-1250 d.
C.) y algunas observaciones novedosas sobre el Posclásico Tardío y
las famosas tumbas 1 y 2, cuyo descubrimiento en 1962 por el
arqueólogo Roberto Gallegos Ruiz comprobó la importancia
prehispánica de Zaachila previamente señalada por los
historiadores.
Ahora, más de 50 años después de la
exploración de las tumbas, contamos con una visión de la
arqueología de Oaxaca que sitúa los restos arqueológicos en un
contexto antropológico y comparativo que abarca la comunidad, la
región y los otros grupos con quienes interactuaban los antiguos
zaachileños. Por ejemplo, entre los bellísimos y extraordinarios
artefactos hallados en las tumbas 1 y 2 de Zaachila están unos
instrumentos para tejer, hechos de huesos finamente grabados con
imágenes
de animales y humanos. En la Tumba 7 de Monte Albán, descubierta 30
años antes que las tumbas de Zaachila, Alfonso Caso encontró
algunos huesos similares. De hecho, los implementos de Monte Albán y
Zaachila son tan similares que uno puede suponer que fueron hechos
por los mismos artesanos y, más significativo todavía, que las
mujeres que los utilizaron eran de familias reales de descendencia
zapoteca y mixteca, emparentadas por sangre y/o por matrimonio. Hay
que decir que los grupos de poder vivían en el centro del Valle de
Oaxaca ―en Zaachila y Xoxocotlán― y tenían nexos ancestrales
con la antigua ciudad de Monte Albán.
La prominencia de Zaachila en el Posclásico Tardío sugiere que
tiene raíces de gran antigüedad, y los artículos en este libro lo
demuestran. La trascendencia de Zaachila se debió a factores
geográfico-ecológicos y en el cómo sus habitantes prehispánicos
utilizaban sus recursos. El Valle de Oaxaca se conforma por tres
sub-valles: Etla, Tlacolula y Zaachila-Zimatlán. La ciudad de Oaxaca
está en la confluencia de los tres, posicionada favorablemente para
coordinar actividades económicas a través de los mercados y para
administrar asuntos políticos a través de los representantes de las
comunidades aledañas. Monte Albán estuvo en una posición análoga
en tiempos prehispánicos, y la distribución de asentamientos en el
valle incluía comunidades de segundo rango, como San José Mogote,
Macuilxóchitl y Zaachila, que controlaban tierras y recursos en cada
sub-valle. De hecho el espacio agrícola más amplio y productivo en
el Valle de Oaxaca está inmediatamente al este de Monte Albán;
Zaachila, en la orilla sur del centro del valle, está en una
posición estratégica para controlar tales terrenos. El centro del
sitio arqueológico de Zaachila, llamado El Cerrito, fue construido
sobre un saliente rocoso que parece una isla elevada, arriba de un
área de posibles inundaciones, en un lago de aluvión. Su altura
permite la vigilancia, además la comunidad está al mismo lado del
río Atoyac que Monte Albán, lo que facilita la comunicación.
"El Cerrito" al momento de iniciar su exploración arqueológica...
"El Cerrito" hoy...
Al lado oeste de El Cerrito se encuentran suelos
arenosos con sedimentos derivados de la erosión de los cerros al pie
del monte, mientras que al este aparecen limos y arcillas finas
depositadas por las inundaciones del río Atoyac. Cada tipo de suelo
tiene sus respectivos cultivos, por ejemplo, hoy en día los nogales
y los sembradíos de cacahuates están en la parte arenosa, y el
cultivo de maíz y vegetales en el lado este. Por medio del análisis
de polen y de otros materiales extraídos de los antiguos suelos,
debe ser posible identificar las plantas cultivadas en tiempos
prehispánicos. Al parecer, Zaachila cuenta con un micro-ambiente
único en el valle. A unos 1490 metros sobre el nivel del mar, su
clima es relativamente calido y suave, casi tropical, en comparación
con otras partes del mismo valle (la cima de Monte Albán está a
aproximadamente 1900 metros
de elevación). En Zaachila crecen algunas plantas como la palma
coyul y el cuajinicuil, características de tierra caliente y no
cultivadas en otras partes del Valle de Oaxaca. Así esperaríamos
que en tiempos prehispánicos Zaachila hubiera producido frutas y
vegetales especializados, además de grandes cantidades de maíz en
dos o tres cosechas por año para intercambiar con otras comunidades
o abastecer al mercado en Monte Albán.
Este libro documenta una ocupación del Preclásico Inferior ―las
fases Tierras Largas (1400-1200 a. C.) y San José (1200-900 a. C.)―
en el área al norte de la iglesia en Zaachila. Un reto para el
futuro es determinar cuál fue la extensión de la comunidad, ya que
está tapada por dos o más metros acumulados de sedimento y
depósitos culturales más tardíos. Desde que se iniciaron las
exploraciones arqueológicas en San José Mogote en la década de
1960, los arqueólogos hemos aceptado la interpretación de que San
José Mogote era el único asentamiento con varios cientos de
habitantes en el Preclásico Inferior en el Valle de Oaxaca, siendo
todas las demás aldeas de menos de 100 habitantes. San José Mogote
cubrió aproximadamente seis hectáreas en la fase Tierras Largas y
contaba con unos 300 habitantes; cubrió aproximadamente 20 hectáreas
en la fase San José y tenía unos 1000 habitantes. Es posible
estimar su tamaño porque el sitio arqueológico está sobre el pie
del monte, y aunque los edificios tempranos están tapados por
construcciones más tardías, aparecen fragmentos de cerámica en la
superficie con los cuales se pueden fechar las ocupaciones. El caso
de Zaachila no es así: las ocupaciones tempranas están tapadas por
el aluvión y por construcciones tardías casi siempre sin evidencias
en la superficie. Un programa de sondeo sistemático en el futuro
permitiría estimar el tamaño (área y número de habitantes)
periodo por periodo. Mientras, existe la posibilidad de que Zaachila
en el Preclásico pudiera haber sido grande y un rival de San José
Mogote.
Otro tema que merece investigación es el del papel de
Zaachila en la fundación y desarrollo temprano de Monte Albán.
Zaachila pudiera haber sido la pieza clave entre las aldeas pequeñas
en Xoxocotlán, El Rosario y la ciudad de Oaxaca, que se unieron al
final de la fase Rosario (500 a. C.) para tomar posesión del cerro y
del territorio ahora llamado Monte Albán. Contamos con relativamente
poca cerámica de la fase Danibaan (500-300 a. C.) de Zaachila, lo
que puede implicar que Zaachila contribuyó con gente para la
fundación de Monte Albán y como consecuencia su población
disminuyó. Una vez establecido el mercado en Monte Albán, la gente
de Zaachila pudo haber participado con sus productos agrícolas
especializados.
En el siguiente periodo, la fase Pe (300-100 a. C.), Monte Albán
comenzó a extender su poder en el Valle de Oaxaca por medio de la
fuerza y la conquista. Zaachila pudiera haber sido un aliado fuerte,
controlando los grandes espacios agrícolas además de las aldeas
cercanas, como Cuilapan, San Agustín de las Juntas y otras que
produjeron cerámica para abastecer a la gran ciudad. Durante la fase
Nisa (100 a. C.-200 d. C.), Zaachila y asentamientos similares como,
por ejemplo, Jalpan y Cuatro Mogotes, en el fondo del valle,
administraron los terrenos y controlaron los productos que
abastecieron a Monte Albán. Zaachila no cuenta con un yacimiento de
piedra a la mano (mucha construcción se basa en adobe) y dado que la
fuente más cercana está a unos 7.5 km al sureste, es posible que
Zaachila hubiera subyugado a Cerro Tilcajete para controlar y
abastecerse de la piedra sedimentaria de alta calidad utilizada para
las construcciones El Cerrito.
Un tercer tema para la investigación futura es
el papel de Zaachila como ciudad-estado durante la fase Xoo (600-850
d. C.). Las piedras grabadas dispersas en el pueblo implican que
Zaachila pudo ser igual de grande y prominente como los otros centros
en el Valle de Oaxaca como Macuilxóchitl, Lambityeco, Cerro de la
Campana, Jalieza y otros,
conocidos por sus palacios con tumbas, sus templos, sus juegos de
pelota y sus representaciones de gobernantes en las piedras grabadas
y esculturas. De hecho, las tumbas 1 y 2 de Zaachila posiblemente
fueron construidas y utilizadas en la fase Xoo y reutilizadas en el
Posclásico Tardío. Las grandes plataformas aun no exploradas en El
Cerrito son basamentos para templos mientras que la bajada en el lado
este del sitio arqueológico pudo ser una cancha de juego de pelota
cuya piedra fue removida y reutilizada en el periodo colonial,
durante la construcción de la iglesia. Parece probable que de nuevo
en la fase Xoo existían alianzas entre Zaachila y Monte Albán,
aunque los detalles de tales relaciones y sus cambios a través de
los años requieren una mejor definición.
Monte Albán y el Valle de Oaxaca sufrieron un gran cambio por
800-850 d. C. con el colapso de Monte Albán y varios otros centros
de la fase Xoo, como son Cerro de la Campana, Lambityeco y otros. Es
posible que Zaachila fuese uno de los lugares que continuó siendo
ocupado aunque al parecer la construcción mayor cesó. Las tumbas 3
y 4 explorados por el Arqueólogo Jorge R. Acosta en el Barrio San
Sebastián son más antiguas que las tumbas 1 y 2, asignadas a la
fase Liobaa (850-1250 d. C.) del Posclásico Temprano. Algunos
rescates arqueológicos recientes en Zaachila también han revelado
materiales de la fase Liobaa, lo cual apoya esta idea.
Otra meta de este libro es comunicar a la
comunidad actual la importancia de participar en la conservación y
protección del patrimonio cultural prehispánico
de Zaachila.
Es de esperar que los temas del libro sean de interés no solamente
para los colegas arqueólogos sino para la población en general.
Agradezco a los coordinadores, Ismael Gabriel Vicente Cruz y Gonzalo
Sánchez Santiago, la oportunidad de participar en el libro y al
Maestro Adán López Santiago, Presidente Municipal de la Villa de
Zaachila periodo 2011-2013, y al actual Presidente Municipal Raciel
Vale López, por su interés en fomentar la cultura y protección del
patrimonio arqueológico de Zaachila.
Ilustración científica de algunos hallazgos de cerámica prehispánica incluidos en el libro...
Sólo nos resta desear que tan buen compendio se ponga a la venta en librerías, pues las ediciones que hace el gobierno estatal o municipal, aunque excelentes, rara vez gozan de esa ventaja.
Durante su presentación en la Casa de la Ciudad hubo tumultos para conocer este libro y escuchar los comentarios de los investigadores Iván Rivera y Manuel Hermann Lejarazu. Eso nos confirma la excelente acogida que ya tiene este libro largamente esperado. Que no esperemos otro medio siglo para el siguiente y que los habitantes de Zaachila se sientan dignos herederos del antiguo esplendor aquí reflejado y reciban de buen grado nuevas investigaciones.
Hola, ¿dónde puedo comprar / leer el libro?
ResponderEliminarno lo venden aun regalaron algunos ejemplares durantes las presentaciones proximamente se dira si sacaran a la venta
Eliminarno lo venden aun regalaron algunos ejemplares durantes las presentaciones proximamente se dira si sacaran a la venta
ResponderEliminaresta bien el libro pero lo mas triste es que sus vestigios (piedras grabadas) las tienen al intemperie, se están deteriorando..debería el municipio y los habitantes que salven su patrimonio histórico, he investigado sobre zaachila entre la población y he descubierto que existen túneles lo cuales uno esta bajo las tumbas y la entrada esta dentro de un propiedad háganme el favor todo debería estar bajo los cuidados del municipio y la verdad tendrían mas fluencia turística a los gabachos les gusta meterse en túneles cuevas.. saludos..
ResponderEliminarzaachila, pueblo magico, históricamente culturalmente, tradicionalmente es muy complejo y diverso, hay datos que no me queda claro aun, el mercado , su transformación. alguien sabe donde encuentro información, todo lo que enceuntro es actual, quiero saber como se fundó, quien, por que, cuando.
ResponderEliminaren el libro el rey Cosijoeza y su familia puedes encontrar lo que busca o el el libro historia de Oaxaca de José Antonio Gay
EliminarIncreíble!! 😍👌
ResponderEliminarmuy dificil..Ya cambio la gente en zaachila?
ResponderEliminarLa gran capital y corazón zapoteca. Referente histórico para entender el presente.
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