Las dimensiones del libro son 22.5 cm de ancho por 30 cm de alto. Cuenta con 144 páginas, impresas en papel couché mate. La encuadernación es "a la rústica" y el tiraje es de 1000 ejemplares... en efecto, parecen muy pocos, pero...
El editor fue el gobierno del estado de Oaxaca, a través de la su secretaría de turismo. El autor del diseño gráfico y editorial es el profesor Luis Alonso, quien hizo un excelente trabajo para seleccionar las imágenes y colocar algunas a doble página, lo que hace espectacular al libro, pues se trata de fotos inéditas. Aquí pondré sólo algunas.
Sobre los autores debemos mencionar que los textos los escribió Gustavo Pérez Jiménez, quien ya había publicado antes otro libro con el tema de la Guelaguetza, además de estar dedicado ahora a investigar otros aspectos del folclor y la gastronomía locales. Su nombre aparece en la portadilla.
Pero como hablé de autores en plural, el libro no resaltó al más emblemático de ellos en este libro, el fotógrafo don Aarón Pérez Yescas†. Con esta edición se reconoce por fin su autoría en una serie de imágenes que circularon en diversas publicaciones como de autor "anónimo", pero ahora queda claro quién fue el fotógrafo que imprimió en placas de haluros de plata sobre vidrio estas imágenes históricas que conserva su nieto, también fotógrafo profesional, Barak Torres.
En el libro se incluyen imágenes de los archivos de Alfonso Rivas Bañuelas†, también veterano fotógrafo de estudio en esta ciudad; del acervo valiosísimo de la Fundación Bustamante Vasconcelos, donde sus fundadores fueron fotógrafos aficionados con alma de fotorreporteros: el ingeniero en minas don Alberto y el médico militar don Juan. Las imágenes más recientes pertenecen al archivo de la propia Secretaría de turismo.
El índice incluye estos temas:
Capítulo 1. Historia de las fiestas de los Lunes del Cerro.
Capítulo 2. Origen de los bailes de la Guelaguetza.
Capítulo 3. Homenaje Racial.
Capítulo4. Inclusión de la Guelaguetza en los Lunes del Cerro.
Capítulo 5. La fiesta de la Guelaguetza en los últimos tiempos.
Capítulo 6. Programa de la Guelaguetza.
Capítulo 7. El acompañamiento musical.
Capítulo 8. Los trajes regionales.
Capítulo 9. Los Lunes del Cerro en la historia.
Capítulo 10. Fiestas de los Lunes del Cerro. Cronología en diarios locales 1932-2012.
Aquí reproduciré el capítulo3 pues describe cómo se diseñó esto que hoy conocemos como Guelaguetza, pero que entonces se bautizó como "Homenaje Racial"... Naturalmente el sentido de las palabras ha cambiado, el espíritu de la fiesta, las razones de la misma, los personajes y hasta las regiones son hoy distintas a como fueron originalmente imaginadas por los intelectuales de entonces, que se propusieron incluir a Oaxaca dentro de los cánones culturales del "nacionalismo revolucionario". Hay mucho que escribir aún de Guelaguetza de hoy, pero dejemos que hable el texto original que fue rescatado por este libro y contemplemos las imágenes que nos redondearán el contexto de la famosa fiesta en sus orígenes.
CAPÍTULO
III
Homenaje
Racial
En 1932, con
este motivo se publica una monografía en cuya cubierta dice Homenaje
Racial. Argumento para la
ceremonia al aire libre
con que se celebrará
el IV Centenario, que
Oaxaca obtuvo la Jerarquía
de Ciudad, autores, Doctor
Alberto Vargas. Profesor
Policarpo T. Sánchez.
Alfredo Canseco Feraud.
Contiene las descripciones siguientes: [Voy a intercalarle para amenizarlo unas cuantas fotos que se incluyen en otras páginas]
R
Cuadro
Primero
Se trata de una
grande y solemne fiesta oaxaqueña; fiesta de la luz, fiesta de
color, fiesta de fraternidad y regocijo. Las regiones del estado
acuden, lo más simbólica y significativamente representadas,
vistiendo sus mejores galas, con sus atributos más preciados y más
genuinos, en son de espléndido agasajo, llevando sendos regalos y
homenajes para ofrendarlos a Oaxaca, la Perla del Sur, que vive su
vida típica y generosa y que en esta ocasión celebra el IV
Centenario de su exaltación a la categoría de Ciudad.
Estamos en el
teatro de la solemne fiesta; teatro al aire libre, sobre la falda del
Cerro del Fortín; arriba, nuestro incomparable cielo azul con
bambalinas de celajes y rompientes de arrebol; al fondo, el panorama
de la Vieja Antequera, reclinado sobre el macizo montañoso de San
Antonio de la Cal y perdiéndose en la lejanía por la verde bocana
que conduce al Tule y a los palacios de Mitla; hacia un lado, la
hermosa montaña de San Felipe del Agua, y por el otro, Monte Albán,
misterioso y enhiesto, y el río Atoyac, corriendo camino de la Costa
con sus aguas mansas, en medio de sus vegas siempre verdes y lozanas.
Mástiles, grimpolas, banderolas, festones y gallardetes circundarán
artísticamente el amplio escenario.
Frente a este
escenario, se extienden las tribunas en amplias graderías
semicirculares para el público, rematadas en su parte alta por la
tribuna o palco de honor. Llega la hora de la fiesta; tarde luminosa
de abril, tarde opulenta de nuestros valles, de esas cautivadoras
tardes nuestras que parecen estremecerse de tanta vida y que huelen a
madreselva y jacaloxúchil.
Las autoridades
e invitados de honor ocupan su palco respectivo; las escuelas de
niños y niñas, los turistas, los habitantes todos de Oaxaca son
distribuidos por las necesarias comisiones, en las tribunas o gradas
de cemento, tajadas en pleno cerro y que se usan por primera vez.
En la cercana
rotonda de Juárez se dispara un cañonazo avisando que empieza la
ceremonia. En tales momentos, por el vomitorio de la derecha del
espectador, aparecen los heraldos con las trompetas de la fama y tras
ellos, la seductora doncella morena que representa a Oaxaca, con las
Siete Diosas de la Fraternidad y los Siete Espíritus del Bien que
forman su corte. También la acompañan los típicos charritos y las
rumbosas chinas oaxaqueñas, cubiertas de oro y sedas; desfilarán
lentamente; a la derecha del palco de honor se hará alto para que
charros y chinas canten en orfeón la típica canción del Nito;
continuará el majestuoso desfile acompañado por el Dios
nunca muere, hasta ocupar su dosel, situado
sobre la explanada, al polo opuesto del palco de honor.
El dosel será
de palmera, follaje de plátano, paxtle, tepejilotes y rosales en
flor. Oaxaca lleva en su tocado el simbólico lirio morado de nuestro
escudo. Las Siete Diosas de la Fraternidad están sencilla y
artísticamente ataviadas con trajes del tono de los siete colores
del iris, y los Espíritus del Bien serán criaturas de seis a ocho
años, todos de blanco. Durante el desfile la comitiva irá regando,
a diestra y siniestra, abundantes pétalos de flores.
Se pretende que
este grupo sea el símbolo hermoso de la ciudad de Oaxaca que en
ocasión de su Centenario se dispone jubilosamente a recibir los
homenajes de sus hermanas, las Siete Regiones del estado. Para ello
se requiere que la representación de Oaxaca recaiga en una hermosa
doncella morena de andares solemnes, esbelta de porte, difundiendo
felicidad con sus miradas; se necesita que interpreten lo posible que
Oaxaca se siente digna y satisfecha por sus tradiciones y glorias,
que tiene concepto cabal de su destino y que habrá de resolverlo a
fuerza de cooperación y solidaridad; que se regocija de ver y
recibir a sus hermanas las Regiones del estado, porque sabe que ello
es educar el sentido del acercamiento, de comprensión, de verdadera
fraternidad.
R
Cuadro
Segundo
Instalada la
representación de Oaxaca en su dosel, intencionado y artísticamente
situado, comienza el solemne desfile de regiones. Aparece la región
Mixe: tanto ésta como las demás regiones están presididas
por los ancianos venerables que llevan entrambos el bastón de lazos
azules, símbolo de autoridad suprema de la región. Es un grupo de
hombres y mujeres con sus mejores trajes típicos, llevan matas de
café, begonias y helechos a profusión, y canastos de frutas
frescas; un grupo de niños izará el emblema del silabario como
suprema aspiración regional. Al estar frente a Oaxaca, todos dejarán
sus tributos; los ancianos entregarán el bastón, que será recibido
con toda reverencia, y la región tomará su respectivo sitio, bien
señalado de antemano.
Aparece la
Sierra: autoridad al frente. Mujeres y hombres yalaltecos con
sus más vistosos trajes de gala, ramos de albahaca y alelí, sendas
madejas de pita, cántaros enflorados de sabroso nupi y, señoreando
el conjunto, la efigie iluminada de Juárez, levantada por indígenas
de la raza pura. Durante el desfile todos irán echando al aire
papelillos con la consabida leyenda «El respeto al derecho ajeno es
la paz». Harán el mismo recorrido, se inclinarán ante las
autoridades, depositarán sus ofrendas y tomarán su lugar, a los
alegres sones de la música lugareña.
Entra la Costa:
Mujeres morenas llenas de garbo y donaire, vestidas a la usanza con
vistosa enagua y camisas bordadas de chaquira y lentejuelas; hombres
con su indumentaria y el inseparable machete costeño; canastos de
blanco algodón, café, corozo; cantarán sus alegres chilenas y
bailarán sus divertidos sones con cantadores que improvisan piropos
e ironías.
Aparece la rica
región del Valle. Como descubierta desfilará el cuadro
animado de la Guelaguetza pintado por el pintor Alfredo Canseco
Feraud, con todos sus pintorescos y simbólicos atributos raciales:
vistosos sarapes de Teotitlán del Valle, cántaros y juguetes de
Coyotepec y Atzompa, jarrones multicolores de loza oaxaqueña,
panoplias con espadas, machetes y cuchillos de los Aragón de Ejutla;
flores, muchas flores; canastas de pan de Tlacolula, nueces, quesos
frescos, y, como final de la comitiva, la vistosa Danza de
Pluma, con su acostumbrado baile.
Llega la
Mixteca con sus más auténticos tipos regionales; se tejerá
la palma por hombres y mujeres durante el desfile; se exhibirán
cotones y sarapes de Chilapa y Teposcolula; dorados manojos de trigo,
claveles de Tlaxiaco; petates y sombreros adornados; frente al dosel
de Oaxaca se entonará la inconfundible Canción mixteca
de López Alavez.
Llega la
Cañada: Mujeres con enagua de olán, mascada al pecho y el
pelo lleno de jazmines; orquesta de salterios y bajos de espiga;
cantadores de tonadas y corridos; manojos de arroz, caña de azúcar,
sendos canastos de fruta de tierra caliente: ciruela, mango,
chicozapote, plátano, naranja; nativos de Huautla, de Mazatlán y la
Chinantla con sus primorosos trajes, y sus colchas tejidas a mano;
begonias, parásitos, zenzontles, primaveras, calandrias... una
pincelada de sol virgen sobre la tierra oaxaqueña.
Cierra el
desfile de regiones la del Istmo. Embriaguez de color y de
luz. Cálida palpitación de vida, de vida en el cuerpo y de vida en
el alma; preludia la Sandunga su motín de notas; aparecen
hombres y mujeres con sus lindas indumentarias; trajes de sedas,
encantadores trajes sobre cuerpos seductores de mujeres adorables; no
se necesitan atributos; oír una Sandunga auténtica y verla
bailar como en las Velas sólo se baila, y el símbolo estará
completo, sugestivo, atrayente y revelador.
R
Cuadro
Tercero o apoteosis.
Situadas Oaxaca
y las Regiones, se instalará un pequeño teocalli en el centro de la
explanada; sobre dicho teocalli una figura en forma de hermoso
corazón rojo. Oaxaca tomará su centro, del que penden siete anchos
listones que por su color se entregarán a las Diosas de la
Fraternidad, vestidas del mismo tono; las Diosas de la Fraternidad se
tomarán cada una de la mano de un espíritu del Bien: Oaxaca besará
y abrazará a cada diosa al encomendarle la embajada de llevar
mensajes de fraternidad y bien a sus hermanas; cuando cada diosa haya
llegado a su región, entregará su listón, teniéndolo
suficientemente para que todos floten en el aire; las campanas se
echarán a vuelo y se dispararán cañonazos...
Éste es el
documento —guión— del Homenaje Racial a la ciudad de Oaxaca; en
el libro Sucedió en Oaxaca, el
historiador Jorge Fernando Iturribarría hace constar que
participaron en su elaboración el periodista y escritor Fernando
Ramírez de Aguilar (Jacobo Dalevuelta), al que se confió el libreto
del homenaje; el pintor Alfredo Canseco Feraud, al que se encomendó
la escenografía, y la parte musical le fue encargada al compositor
Guillermo Rosas Solaegui.
Este espectáculo
se repitió en el año de 1934 en el mismo Cerro
de la Bella Vista, con motivo de una reunión nacional indígena a la
que asistió el general Abelardo L. Rodríguez, Presidente de la
República.
La división en
siete regiones obedeció a una política de gobierno muy en boga a
principios de los años treinta, cuando se enaltecía el rescate y
preservación de los valores indígenas. A esta presentación con
entrega de bailes, artesanías y frutas se le llamó posteriormente
Guelaguetza, como sinónimo de cooperación, amistad y amor
hacia el prójimo.
Hasta aquí el texto publicado.
Siendo esta una edición oficial, lo único malo es que no hemos visto en librerías tan interesante título, pero si usted tiene interés, seguramente en el sitio web de la Secretaría podría hallar la forma de obtenerlo.
Terminemos esta reseña con unas bellas imágenes contemporáneas pues su información gráfica reunida es realmente espléndida y también forma parte del volumen.
Hasta aquí el texto publicado.
Siendo esta una edición oficial, lo único malo es que no hemos visto en librerías tan interesante título, pero si usted tiene interés, seguramente en el sitio web de la Secretaría podría hallar la forma de obtenerlo.
Terminemos esta reseña con unas bellas imágenes contemporáneas pues su información gráfica reunida es realmente espléndida y también forma parte del volumen.
Genial ;) en verdad felicidades por proponer libros asi
ResponderEliminardonde se puede comprar en el d.f.?
ResponderEliminarQuizás en la Oficina que representa a Oaxaca en el D.F.
ResponderEliminarSuerte.
Disculpa sabes donde puedo encontrar alguno de los ejemplares en la capital de Oaxaca?
ResponderEliminarAlgún librería puedo conseguir los libros
ResponderEliminarSi me interesa un libro me ayuda encontrarla donde que librería
ResponderEliminarBuen día. Es un libro agotado desde hace años. No se ha vuelto a editor, lamentablemente. Nosotros no podemos conseguírselo de segunda mano, pero a lo mejor alguien ve su mensaje y puede ayudarle a conseguirla. Gracias
ResponderEliminarA dónde puedo conseguir el libro si me interesa
ResponderEliminarQuizás solo en librerías de segunda mano, o en mercado libre
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