sábado, 8 de junio de 2013

LAS QUINCE LETRAS DE HUMANIDADES-UABJO. LETRA "A"




 He aquí el más ambicioso proyecto editorial de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca: 15 libros selectos unidos bajo el nombre genérico LAS QUINCE LETRAS... de los cuales hoy presentamos la letra A, es decir, el tomo I.

Una colección surgida del Cuerpo Académico Historia, Literatura y Cultura de Oaxaca, siglos XVI-XXI, perteneciente al Instituto de Investigaciones en Humanidades de la UABJO. Coordinan la misma el Maestro y Coordinador Académico del IIH Francisco José Ruiz Cervantes, el Maestro en Letras Latinoamericanas Manuel Matus y el Doctor en Historia de México Carlos Sánchez Silva. Todo esto es posible por el apoyo del Rector, don Eduardo Martínez Helmes, por supuesto.

Esta es su portada extendida, es decir, primera y cuarta de forros:


En la 4a. de Forros aparecen los diseños de las 15 Letras... Reproduciremos con permiso de los editores tanto su presentación como una breve selección del contenido de este primer volumen, elección magistral para abrir boca, pues convoca a la sabiduría con el sarcasmo y a la tradición con el cinismo. Los grandes escritores tiene la lengua bien afilada...

Pero antes una breve explicación de los detalles de la edición. Consta ésta de un tamaño de 16.5x23 cm. El número de páginas variará, pero siempre se usará papel Cultural tipo bond color crema o marfil de 75 gr. La impresión es a una tinta y la portada a dos, una de ellas un color elegido por su brillantez y jovialidad, ya que la colección está dirigida a cautivar en la lectura a los estudiantes de las preparatorias de la Universidad. Así pues la "cara" de un libro debe ser fresca, ligera y algo misteriosa... de modo que intrigue a la mente del probable lector...

En este caso recurrí a mis ex alumnos de la Escuela de Bellas Artes de la UABJO y les solicité su intervención plástica. El coordinador de estas enormes letras capitulares es el pintor Irvin Herrera, quien le dio la tarea concreta de hacer esta letra capitular "A" a Marcos Lucero. Por supuesto hay más autores... El resultado está a la vista:

 

Diseñó este libro Rocío Gómez. Lo tradujo del inglés al español Bethania Sánchez Moreno. Lo imprimió y encuadernó Carteles Editores. El logo de Las 15 Quince Letras lo hicimos entre Rocío y el que esto escribe... 



pero el mérito de haber obtenido los derechos de su primera edición en español es de Carlos Sánchez Silva... Este hombre recurrió a otro historiador amigo y así, de a poco en poco, logró entrar en contacto con el editor original, míster James Charlton, un veterano del mundo editorial y libresco de Nueva York. Al saber Charlton el propósito de esta original edición y sus probables lectores –estudiantes oaxaqueños– accedió a conceder sin costo su libro.

La primera edición del mismo –la que conoció Carlos Sánchez– tiene esta portada:


Fue editado por la "Pushcart Press" en un formato pequeño, no mayor de un cuarto de tamaño oficio... Eso sí, ricamente ilustrado por algunas imágenes que aquí acompañarán a los textos, pues es hora de dejarles a ellos el deber de explicarle al autor los contenidos y sus circunstancias, no sin antes advertir al lector que, si desea obtener uno de estos ejemplares, debe ir personalmente a Humanidades/UABJO y solicitarlo con alguna buena razón, que podría ser, por ejemplo: "me gusta leer...." etcétera.

Para que se vea lo expedito del permiso para hacer la edición en "Las 15Quince Letras", reproducimos el "expediente u oficio" manuscrito (incluido en el libro):


Cuando menciona a Mark debemos entender que se refiera al Dr. Mark Overmyer–Velázquez, autor de un librazo editado por la UABJO titulado Visiones de la Ciudad Esmeralda. Modernidad, tradición y formación de la Oaxaca porfiriana, ya reseñado en antigua entrada en este blog... y al que puede dirigirse el lector siguiendo este link:

http://librosdeoaxaca.blogspot.mx/2011/01/la-modernidad-de-oaxaca-en-el.html

En fin, no entretengamos más al lector y démosle la presentación que James Charlton hace de su propio libro:

PREFACIO A LA EDICIÓN ORIGINAL

A los escritores les gusta citar. Les encanta citar el trabajo de los demás así como disfrutan citar el suyo propio. En una buena conversación apreciamos una acertada cita, ya sea de Shakespeare, Cervantes o Groucho Marx, pues reflejan al que la dice como un individuo letrado y culto, y de alguna manera pesa en nuestra opinión cuando se invoca a una autoridad de mayor rango.
Por muchos años he estado coleccionando las mejores citas de obras y libros, ya fueran halladas por mí en pedazos de papel o en recortes de periódicos; casi cualquier cosa que estuviera bien dicha y fuese inteligente la reuní. Al dedicarme a escribir y editar libros, dos ocupaciones que sin duda han pagado mi renta durante muchos años, me he sentido raro, frustrado y solitario y muchas de las citas reflejan estas cualidades.
Hace poco, la compañía en la cual soy jefe de redacción, necesitaba alguna especie de regalo para la convención nacional de libreros*, el circo de tres pistas anual en donde las casas editoriales promocionan sus novedades. Sugerí una corta colección de citas principalmente sacadas de mi cajón, y le pedí a un cierto número de amigos y compañeros que me mandaran sus citas favoritas para agregarlas. Lo que pensé que tendría poca demanda descubrí que se había convertido en pasatiempo practicado por una gran cantidad de personas relacionadas con los libros. Aforismos, refranes, dichos graciosos, chistes, sabias palabras, palíndromos, chismes, poemas, metáforas del presente y del siglo pasado aparecieron en cuanto les pedí a las personas que me compartieran sus recortes literarios o repertorios favoritos.
El resultado fue un pequeño folleto que no solo compitió con bolsas, playeras, pines y el libro ocasional de la convención ABA, sino que también se mencionó en los periódicos de todo el país. Un sinfín de peticiones de la colección se hicieron llegar por lectores alrededor del mundo e, inesperadamente, también llegaron una gran cantidad de citas. Lo mejor de todo, Bill Henderson, de la prestigiada editorial Pushcart Press, se ofreció a publicar un libro si crecía de manera considerable la colección de citas. Yo quedé encantado de poder cumplir con el reto.
Muchas personas contribuyeron a hacer de esta colección de citas un esfuerzo agradable y quisiera agradecerles. “Divertirse con lo que se lee, es la maravillosa primavera de las citas felices”, escribió C.E. Montague en A Writer’s Notes to His Trade, y yo pienso que todos los escritores, los lectores y sus amigos encontrarán este libro divertido, entretenido e instructivo.

James Charlton
Nueva York

*ABA es el nombre de la poderosa American Booksellers Association.


Hecho esto, pasemos a las iluminadoras palabras del editor en español: Carlos Sánchez Silva, quien pone los puntos sobre las íes...:





Introducción

El arte de leer y escribir

a no ser por los libros, la cultura humana sería
tan efímera como lo es el hombre.
Plinio

La mejor universidad es una colección de libros.
Thomas Carlyle


El argentino Alberto Manguel en su libro titulado Una historia de la lectura, publicado originalmente en inglés en 1996 y traducido al castellano en 1999 por el Grupo Editorial Norma, señala que mientras una persona puede no llegar a escribir a lo largo de toda su vida, no sucede lo mismo con la facultad humana de leer. En sus propias palabras: “Quizá pudiese vivir sin escribir. No creo que pudiera vivir sin leer. La lectura –descubrí– precede a la escritura. Una sociedad puede existir –muchas existen de hecho– sin escribir, pero no sin leer”.1
A partir de esta premisa sobre la facultad de leer en el ser humano, considero que si siempre leemos, nada resulta más benéfico para iniciarse en este largo y sinuoso camino, que hacerlo a la luz de las reflexiones que otros han hecho de su práctica cotidiana de leer y escribir a través de su fecunda carrera literaria, periodística o, simplemente, como líderes de opinión. Por tal circunstancia, y para contemporizar entre lo local y lo universal, resultaba obligado lanzar como primer volumen del Programa de Fomento a la Lectura de la UABJO, este pequeño libro que recoge lo que más de 100 autores de diversas latitudes y tiempos han señalado sobre el particular.
La gestación de esta obra posee su propia historia. En el origen surgió como un pasatiempo que el norteamericano James Charlton, escritor y editor de libros, venía cultivando desde años atrás: reunir frases, aforismos y reflexiones sobre el ejercicio de leer y escribir en diversos autores. Su trabajo vino a dar frutos cuando la empresa en la que trabajaba le solicitó que hiciera un esfuerzo al respecto para reunir estos textos en un pequeño folleto que compitió como un regalo más en la Feria Anual del Libro en los Estados Unidos de Norteamérica –ABA, por sus siglas en inglés. Este folleto causó tal revuelo en los medios norteamericanos, que “…Bill Henderson, director de la prestigiada editorial Pushcart Press, se ofreció a publicar un libro sí crecía de manera considerable la colección de citas. Yo quedé encantado de poder cumplir con el reto”. Ante este desafío, Charlton recurrió no sólo a su propia colección, sino que se apoyó en diversos amigos y colegas para que le hicieran llegar las suyas. El resultado, ahora en su versión castellana, es esta pequeña joya bibliográfica.
Antes de que el lector acceda a las citas mismas, conviene anotar algunos de los temas que se abordan en él. Un primer rubro a destacar sería el que hemos bautizado con el nombre genérico del arte de leer y escribir. El tema se mueve en un amplio espectro, desde la importancia de ser un lector universal. Al respecto, el escritor norteamericano William Faulkner (25 de septiembre de 1897-6 de julio de 1962), lo plantea de una manera nítida y contundente: “Lee, lee, lee. Lee todo –basura, clásicos, buenos y malos y ve cómo lo hacen–. Así como un carpintero que trabaja como un aprendiz e imita a su maestro. ¡Lee! Lo absorberás. Después escribe. Si es bueno, te darás cuenta. Si no lo es, tíralo por la ventana”; pasando por la confusión que muchos tienen al asociar el ser escritor con el uso y abuso de alcohol. La frase que mejor identifica este tema la expresó el político norteamericano Nelson W. Aldrich (6 de noviembre de 1841-16 de abril de 1915): “El tomar mucho no necesariamente va de la mano con ser escritor, aunque parece ser el requisito en Estados Unidos. Por lo tanto, declaro solemnemente a todos los jóvenes que intentan ser escritores, que realmente no tienen que volverse borrachos primero”. Para concluir con dos citas que resumen la incomprensión que muchas veces se tiene hacia el arte de escribir. La primera corresponde al escritor francés Jules Renard (22 de febrero de 1864-22 de mayo de 1910): “La literatura es una ocupación en la cual tienes que estar probando tu talento a los que no lo tienen”; la segunda, al escritor también galo Gustave Flaubert (12 de diciembre de 1821-8 de mayo de 1880), que lapidariamente lo expresa con un doble sentido, de reproche pero, a la vez, de esperanza: “Escribir es como una vida de perro, pero es la única vida que vale la pena”.
Íntimamente ligado con el tema anterior se ubica el de la crítica literaria y que también se mueve en un amplio espectro. Baste citar dos ejemplos. El primero de ellos proviene del periodista y escritor norteamericano Jim Bishop (21 de noviembre de 1907-26 de julio de 1987), que llama la atención sobre la distinción entre la creación como escritor y la creación como crítico de las obras que se han escrito. En sus palabras: “Un buen escritor no es, por sí mismo, un buen crítico. Así como un buen borracho no es un buen barman”.
El aspecto de que una obra necesariamente tiene que pasar el dictamen público, lo resume magistralmente el escritor y crítico literario Samuel Johnson (18 de septiembre de 1709-13 de diciembre de 1784): “Es ventajoso para un autor que su libro sea tanto atacado como elogiado. La fama es un rehilete. Si estuviera amarrado en un solo punto del cuarto, pronto se caería al suelo. Para mantenerlo parado, deberá estar amarrado entre las dos esquinas”.
Por supuesto que reflexiones sobre la poesía y su papel dentro de la literatura no podían faltar. Considerada por muchos como la “máxima expresión” de la creación literaria, los juicios al respecto tocan los extremos. Veamos primero los que la elogian. El escritor inglés William Somerset Maugham (25 de enero de 1874-16 de diciembre de 1965), es el que mejor representa esta posición al señalar: “La poesía es la corona de la literatura. Es su apogeo y su propósito. Es la actividad más sublime de la mente humana. Es el éxito de la belleza y la delicadeza. El escritor de prosa debe hacerse a un lado cuando pase un poeta.” Hasta llegar a dos autores que de manera extrema y por demás sarcástica e irónica elogian su actividad como hacedores de poesías. El también británico Robert Graves (24 de julio de 1895-7 de diciembre de 1985), señala que escribía novelas para poder sobrevivir y con ello dedicarse a su amor por escribir poesía, y lo resume así: “Mis libros de prosa son como las exhibiciones de perros que crío y vendo para mantener a mi gato”.
Asociada con esta reflexión tenemos el hecho incontrovertible de que pocas gentes leen poesía y mucho menos compran libros de este género literario. Lo que obviamente la pone en una encrucijada, ya que si bien por una parte se le considera como la “coronación” de la creación literaria, por otro lado, si un poeta piensa que puede vivir de su arte, todo indica que ha sido y sigue siendo una quimera. Ante ello, el escritor y poeta norteamericano Kenneth Rexroth (22 de diciembre de 1905-6 de junio de 1982), barre parejo: no solo con los que no les gusta la poesía, sino con aquellos que dicen admirarla pero no consumen sus libros: “Ya tuve suficiente con estos tacaños hijos de la chingada, que dicen amar la poesía pero nunca compran un libro”.
La otra cara de la moneda la resumió hace muchos, muchísimos años el escritor, poeta y dramaturgo español Miguel de Cervantes Saavedra (29 de septiembre de 1547-22 de abril de 1616), quien arremete tanto contra los poetas como con el género mismo: “La modestia no es una virtud muy común entre los poetas, la mayoría se cree el mejor del mundo”.
El cuarto tema que me gustaría destacar es el referente a los editores y la industria del libro en general. Al respecto, dos de las citas incluidas en este libro resumen meridianamente el tema de las restricciones que muchas veces se le impone a la labor de escribir desde las llamadas casas editoriales o de quienes establecen las políticas educativas. La primera proviene de la reflexión realizada por la periodista norteamericana Frances Fitzgerald (21 de octubre de 1940), cuando apunta: “Las compañías de los libros de texto, y más allá de ellos, la dirección de educación, simplemente no permiten a los autores la libertad de escribir sus propios libros a su manera. Hoy en día, los textos están escritos al revés o de adentro para afuera, empezando con la demanda pública y terminando con la del historiador. Este sistema le da a las editoriales cierta seguridad, ya que sus libros no pueden estar más allá de lo establecido. Pero al haber minimizado un cierto tipo de riesgo, han creado otro, en diferente orden”.
La otra visión de este mismo tema se debe a la pluma del editor norteamericano Maxwell Perkins (20 de septiembre de 1884-17 de junio de 1947): “Un libro deberá estar hecho según la idea que tenga el autor de él y lo más perfecto posible y es ahí cuando empiezan los problemas editoriales. Eso significa que la editorial no debe intentar que el escritor haga ‘libros comerciales’, etc. Deberá ser al revés”.
Con un dejo de pesimismo/optimismo la ciencia ficción también se halla presente en este pequeño libro y proviene de la pluma del escritor estadounidense Kurt Vonnegut (11 de noviembre de 1922-11 de abril de 2007), quien lapidariamente escribe: “Los amo hijos de la chingada. Son los únicos con suficientes agallas que realmente se preocupan por el futuro, los que realmente se dan cuenta de lo que nos hacen las máquinas, lo que nos hacen las guerras, lo que nos hacen las ciudades, lo que los tremendos malentendidos, errores, accidentes y catástrofes nos hacen. Son los únicos suficientemente chiflados para agonizar en el tiempo y distancia sin límite, en los misterios que nunca morirán, sobre el hecho de que en este momento estamos determinando si el viaje espacial en los próximos mil millones de años, más o menos, será hacia el Cielo o el Infierno”.
No podía cerrar esta introducción a la edición castellana sin darle un merecido reconocimiento al señor Bill Henderson, editor en jefe de la prestigiada editorial neoyorkina Pushcart Press, quien se enteró del proyecto por intermediación del amigo e historiador Mark Overmayer Velázquez, y cedió los derechos para la presente edición con el objeto de que los estudiantes oaxaqueños tuvieran en sus manos esta pequeña joya literaria. Asimismo, al colega y amigo Claudio Sánchez Islas por haber puesto en su versión literaria estas citas. Vaya, pues, a todos ellos, mi sincero agradecimiento por este gesto.

Carlos Sánchez Silva
IIHUABJO

1 Alberto Manguel, Una historia de la lectura, México, Grupo Editorial Norma, 1999, p.20.

Antes de dar paso a las citas de los escritores, veamos una de las bellas viñetas del libro:










Citas de los escritores, un compañero literario


Lo último que llegamos a descubrir al hacer un libro es saber qué debemos poner al principio.
Blaise Pascal

No hay nada tan importante como el propio libro.
Maxwell Perkins

Las paredes de libros que nos rodean, repletos de tiempos pasados, forman un tipo de aislamiento en contra del mundo actual y sus desastres.
Ross Macdonald

Un hombre común y corriente puede tener al menos –si está rodeado de, digamos, dos mil libros– un lugar en el mundo en donde ser feliz.
Augustine Birrell

Solo una hora en un día normal es más placentera que la hora que uno pasa en la cama con un libro antes de irse a dormir y esa es la hora que uno pasa en la cama con un libro después de haberse despertado por la mañana.
Rose Macaulay


Solo el saber que un buen libro te está esperando al final de un largo día, hace que ese día sea mejor.
Kathleen Norris

Los libros son una sociedad agradable. Si entras a un cuarto lleno de libros, incluso sin tomarlos del librero, parece que te hablan para darte la bienvenida.
William e. Gladstone


A los estadounidenses les gustan los libros gordos y las mujeres delgadas.
Russell Baker

Hasta que no gastemos más dinero en libros que en chicles, este no será un país civilizado.
Elbert Hubbard

Nunca prestes libros, nadie nunca los regresa; los únicos libros que tengo en mi biblioteca son los libros que otros me han prestado.
Anatole France

Cuando tengo un poco de dinero, compro libros; y si me sobra, compro comida y ropa.
Erasmo de Rotterdam

Si nos encontramos a un hombre de inusual inteligencia, debemos preguntarle qué libros lee.
Ralph Waldo Emerson

Leer es para la mente lo que el ejercicio es para el cuerpo.
Sir Richard Steele

Un libro es como un jardín que se lleva en el bolsillo.
Proverbio Chino

Hay una gran diferencia entre un hombre entusiasta que quiere leer un libro y un hombre cansado que quiere un libro para leer.
G. K. Chesterton

Divido a todos los lectores en dos clases: en aquellos que leen para recordar y aquellos que leen para olvidar.
William Lyon Phelps

Cuando vuelves a leer un clásico, no ves más de lo que ya viste en el libro; ves más en ti de lo que había antes.
Clifton Fadiman

En gran parte, el arte de leer es el adquirir un mejor entendimiento de la vida, gracias al encuentro con uno mismo en un libro.
André Maurois

El camino de la ignorancia está empedrado con buenas ediciones.
George Bernard Shaw

¿Es tan débil la naturaleza humana como una librería?
Henry Ward Beecher

Lo peor de los libros nuevos es que nos alejan de leer los viejos.
Joseph Joubert

Hay un buen dicho que dice: cuando sale un nuevo libro uno debe de leer el anterior. Como autor no recomendaría ser tan estricto con este dicho.
Winston Churchil

Varios días después de que mi libro se publicó, lo cargaba en mi bolsillo y lo ojeaba clandestinamente para asegurarme de que la tinta no se había descolorido.
Sir James M. Barrie

La mayor parte del material básico con el que un escritor trabaja se adquiere antes de los quince años.
Willa Cather

No guardo ninguna copia de mis libros… me avergonzarían. Cuando termino de escribir mis libros, los pateo en las bolas y acabo con ellos.
Ludwig Bemelman

Normalmente cuando decimos que un escritor está de moda, significa que es admirado por personas menores de treinta años.
George Orwell

En Estados Unidos sólo un escritor famoso es importante… en Francia todos los escritores son importantes… en Inglaterra ningún escritor es importante… en Australia tienes que explicar qué es un escritor.
Geoffrey Cotterell

Hace años, confesar que eras escritor no era el mejor aval para tu casero. Hoy, éste duda antes de rechazar rentarte un departamento porque lo único que cree es que eres rico.
Arthur Miller

La profesión de escribir libros hace ver las carreras de caballos como un negocio sólido y estable.
John Steinbeck

Si los escritores fueran buenos hombres de negocios, los millonarios serían escritores.
Irvin S. Cobb

Escribir es fácil; lo único que haces es sentarte y empezar con una hoja en blanco hasta que escurran gotas de sangre de tu frente.
Gene Fowler

Repasa tus composiciones y cuando llegues a un pasaje que pienses que te quedó muy bien, tíralo.
Samuel Johnson

Se lleva menos tiempo aprender a escribir noblemente que aprender a escribir al troche y moche.
Friedrich Wilhelm Nietzsche



Las mujeres hermosas asedian a todos menos a los escritores. Las mujeres sencillas e inteligentes asedian algo a los escritores.
William Saroyan

Escribir no es una profesión sino la vocación de la infelicidad.
Georges Simenon

Una vida bien escrita es casi tan rara como una bien aprovechada.
Thomas Carlyle

Me tomó quince años darme cuenta que no tenía talento para escribir, pero no podía renunciar en ese momento, ya que era demasiado famoso.
Robert Benchley

Porque sea un hombre de letras, no debes suponer que nunca intenté ganarme la vida honestamente.
George Bernard Shaw

Esto es lo que encuentro más alentador en los coloquios de escritores: permiten revisar sus estupideces y se corrigen más o menos bien unos a otros. También les permiten a esos lunáticos que parezcan más cuerdos de lo que son.
Kurt Vonnegut, jr.

Desde el momento en que agarré tu libro hasta el momento en que lo dejé, me moría de la risa. Algún día intentaré leerlo.
Groucho Marx, acerca del primer libro de J.S. Perelman

El regalo más significativo para un buen escritor es un cabrón detector de mierda literaria… y además que sea a prueba de golpes.
Ernest Hemingway

La diferencia entre el periodismo y la literatura es que el periodismo es ilegible y la literatura no la leen.
Oscar Wilde

No se puede relevar a un novelista como si fuera un pitcher. Un novelista tiene que ir por los nueve cuadrangulares, aunque el “juego” lo mate.
Ernest Hemingway

No hay nada como escribir. Todo lo que se hace es sentarse frente a un teclado y cortarse las venas.
Red Smith

Los lectores no merecen tener buenos escritores, están tan agradecidos con los malos.
Ralph Waldo Emerson

Creo que debes de recordar que para empezar y terminar, un escritor es una persona simple. No es una mente brillante, no es un gran pensador, no es un gran filósofo, es un cuenta cuentos.
Erskine Caldwell

Los escritores inmaduros imitan. Los maduros roban.
Lionel Trilling

Recuerda para qué Dios hizo tus ojos: ¡Pa-ra pla-gi-ar!
Tom Lehrer

Al lado de sus libros, sus ojos se pusieron en blanco, en agradecimiento a la memoria de todo lo que se robó.
Alexander Pope

Solo escríbelo en una hoja y después veremos lo que hacemos con ello.
Maxwell Perkins Sugerencia para Marcia Davenport

Nunca des excusas, nunca dejes que te vean sangrar y nunca te separes de tu equipaje.
Wesley Price en Three Rules of Professional Comportment for Writers

Las herramientas que necesito para mi trabajo son: papel, tabaco, comida y un poco de whisky.
William Faulkner

La vista ideal para cuando se escribe a diario, hora tras hora, es la desnuda pared de ladrillos de un taller de refrigeración. Si no la hay, basta con una mirada al cielo, si es posible cuando esté despejado.
Edna Ferber

El mejor momento para planear un libro es mientras estás lavando los trastes.
Agatha Christie

Lo que nunca puede entender la esposa de un escritor es que cuando éste está mirando fijamente por una ventana en realidad está trabajando.
Burton Rascoe

Todos mis trabajos importantes se han escrito en prisión… no solo recomiendo la prisión para escritores ambiciosos sino también para políticos ambiciosos.
Jawaharlal Nehru

¿Por qué las personas siempre esperan que los autores contesten preguntas? Soy autor porque quiero hacer preguntas. Si tuviera respuestas sería político.
Eugene Ionesco

Un autor debería escribir para los jóvenes de su generación, criticar la siguiente y enseñar a las que le siguen.
F. Scott Fitzgerald

Cuando quiero leer un buen libro, lo escribo.
Benjamin Disraeli

Nunca he deseado conversar con un hombre que ha escrito más libros de los que ha leído.
Samuel Johnson

Escribir es como una vida de perro, pero es la única vida que vale la pena.
Gustave Flaubert

Mis libros de prosa son como las exhibiciones de perros que crío y vendo para mantener a mi gato.
Robert Graves, escribiendo novelas para respaldar su amor por escribir poesía.

Siempre puedo encontrar un montón de mujeres con quien acostarme, pero el tipo de mujer que me es muy difícil de encontrar es una mecanógrafa que pueda leer mi manuscrito.
Thomas Wolfe

A todo principiante que presente una novela de detectives más allá de 80,000 palabras debe abrírsele una averiguación previa.
Howard Haycraft

El detective nunca debe resultar ser el culpable.
S. S. van Dine




Los amo hijos de la chingada. Son los únicos con suficientes agallas que realmente se preocupan por el futuro, los que realmente se dan cuenta de lo que nos hacen las máquinas, lo que nos hacen las guerras, lo que nos hacen las ciudades, lo que los tremendos malentendidos, errores, accidentes y catástrofes nos hacen. Son los únicos suficientemente chiflados para agonizar en el tiempo y distancia sin límite, en los misterios que nunca morirán, sobre el hecho de que en este momento estamos determinando si el viaje espacial en los próximos mil millones de años, más o menos, será hacia el Cielo o el Infierno.
Kurt Vonnegut pone estas palabras en voz de su héroe borracho en su libro Que Dios te bendiga, Sr. Rosewater, quien se coló en una convención de escritores de ciencia ficción.

Todo mundo tiene una idea de lo que es un poeta. Robert Frost, el presidente Johnson, T. S. Eliot, Rudolf Valentino, todos ellos son “poetas”. A mí me gusta imaginarlo como la persona que aporta la chispa.
Bob Dylan

No tienes que sufrir para ser un poeta. La adolescencia es suficiente sufrimiento para cualquiera.
John Ciardi

Cuando el poder lleva a un hombre a la arrogancia, la poesía le recuerda sus limitaciones. Cuando el poder limita el área de preocupación de un hombre, la poesía le recuerda sus riquezas y la diversidad de su existencia. Cuando el poder corrompe, la poesía lo limpia.
presidente John Kennedy, 26 de octubre de 1963 en la apertura de la Biblioteca Robert Frost, Colegio Amherst

Como un pedazo de hielo sobre una estufa caliente, el poema debe de depender de su propio derretimiento.
Robert Frost

Publicar un volumen de versos es como aventar un pétalo de rosa en el Gran Cañón y esperar a escuchar su eco.
Don Marquis

Ya tuve suficiente con estos tacaños hijos de la chingada, que dicen amar la poesía pero nunca compran un libro.
Kenneth Rexroth

La modestia no es una virtud muy común entre los poetas, la mayoría se cree el mejor del mundo.
Miguel de Cervantes

Respeten a los hijos de los pobres –de ahí vienen la mayoría de los poetas.
Mendele Mocher Sforim

Si físicamente me sintiera como si me hubieran arrancado la cabeza, sabría que eso es la poesía.
Emily Dickinson

No puedo definir la poesía más allá de lo que un terrier puede definir una rata.
A. E. Housman

Un verdadero soneto llega a ocho líneas y luego da vuelta para mejorar o empeorar y llega a seis u ocho líneas más.
Robert Frost

Un buen escritor no es, por sí mismo, un buen crítico. Así como un buen borracho no es un buen barman.
Jim Bishop

Los editores son personas extremadamente falibles, todos. No confíes mucho en ellos.
Maxwell Perkins

Grandes editores no descubren ni producen grandes autores; grandes autores crean y producen grandes editores.
John Farrar

Nunca le pagues un desayuno o un trago a un editor hasta que te compre un artículo, historia o libro. Esta regla es absoluta y si la rompes será bajo tu propio riesgo.
John Creasey

Ya sabes cómo es en el mundo de los libros para niños: sólo el conejito se come al conejito.
anónimo

Los editores tienen trabajos con responsabilidades y les deberían pagar bastante; desafortunadamente, en la mayoría de los casos, tienen un sueldo miserable y los hombres capaces no permanecen en dichos trabajos. Los editores son los adversarios inmemoriales de los escritores, ya que la mayoría de los editores son editores porque querían ser escritores y no la hicieron e instintivamente odian a aquellos que querían ser escritores y sí la hicieron.
Jack Woodford

La última vez que estuvimos con Faulkner fue a la edad de 21 en 1962. Fue entonces cuando me platicó de Albert Erskine, quien se convirtió en su editor después de que Saxe Commins murió. Faulkner me dijo: “Sabes, creo que Albert es el mejor editor que conozco”. Dije: “¡Carajo Bill, viniendo de William Faulkner, eso es un gran elogio! ¿Le has dicho a Albert”? Hizo una pausa por un minuto, luego me respondió: “No, no lo he hecho, Bennett. Cuando tengo un caballo que está corriendo bien, no lo detengo para darle azúcar”.
Bennett Cerf

Hay hombres que te harían libros y los harían circular por el mundo con tal prontitud, como si estuvieran cocinando y despachando fritangas.
Miguel de Cervantes

El hacer muchos libros no tiene fin.
Eclesiastés 12:12



La selección –lo lamento- es mía. Revela el alma del mundo anglosajón con algunas pinceladas de hombres de otras lenguas, como Cervantes y Nehru...

Se trata de una probadita... quien quiera la "enchilada completa" deberá conseguir el libro donde ya les dije. En breve publicaremos las letras B, C y D...

Queda uno tan contento de este libro que inevitablemente uno se pregunta: ¿Qué frases y dichos en español elegirían hoy los intelectuales en Oaxaca?... Quizás deba decir, finalmente, que la versión literaria de este libro a nuestro idioma es culpa mía. Nadie se sorprenda del vigor de estas frases.