viernes, 5 de enero de 2018

EDUARDO PIMENTEL MÉNDEZ, EDITOR Y PERIODISTA


PORTADA DE LA SEMBLANZA BIOGRÁFICA
DE NUESTRO ESTIMADO COLEGA.


Por Leandro Hernández Romero


Doña Arcelia Yañiz y don Eduardo Pimentel Méndez, ya fallecidos, fueron testigos y hasta protagonistas de hechos y cosas trascendentes de Oaxaca, haciendo un periodismo con amor, entrega y emoción que respondió a la época.

Doña Arcelia me expresó en vida, una y otra vez, que a don Eduardo no se le había hecho justicia por lo que hizo por Oaxaca a través de la prensa. Incluso ella se ofreció a coordinar la iniciativa, pero ésta no se llegó a concretar.

Por eso valoro en grande que la Secretaría de las Culturas y Artes del Estado, a cargo de la maestra Ana María Vásquez Colmenares Guzmán, abra un espacio para rendir homenaje a estos dos grandes periodistas para que la Asociación de Amigos de la Hemeroteca “Néstor Sánchez Hernández” renueve la fotografía de doña Arcelia y coloque la de don Eduardo Pimentel en la galería de ilustres oaxaqueños, pilares del periodismo y la cultura que han hecho historia.


El reportero Pimentel, en sus años de juventud.

Don Eduardo nació con el siglo XX y se forjó en los valores de libertad y justicia, anhelos del pueblo oaxaqueño. Fue un reportero de a pie y bicicleta. Así buscó la noticia cotidiana cuando laboró en El Oaxaqueño. Una de sus glorias y también de Oaxaca, fue sin duda el haber dado la primicia o la exclusiva local, la que se difundió a nivel nacional e internacional, sobre el descubrimiento del tesoro o las joyas de Monte Albán, el 7 de enero de 1932, hallazgo hecho por el doctor Alfonso Caso, su esposa María Lombardo y un equipo de personas nativas de los Valles, según lo documenta la escritora oaxaqueña Luz María González Esperón en su libro Perfiles de Oaxaca.

Don Eduardo conoció en El Oaxaqueño a personajes como don Ángel Taracena, destacado periodista y escritor, con cuyas enseñanzas y recomendaciones afianzó la práctica del oficio y sobre todo su profundo amor a Oaxaca, su cultura y sus tradiciones. Ahí coincidió también con don Everardo Ramírez Bohórquez, maestro en el arte del buen decir y escribir, quien fue después un cronista excepcional de la ciudad de Oaxaca de Juárez en décadas recientes, y doña Arcelia Yañiz, una gran mujer que ya destacaba desde entonces como periodista, poetisa y promotora cultural, quien apoyó a numerosas generaciones de jóvenes en el arte de la declamación, el teatro y el buen escribir.
Don Lalo concibió la idea de fundar un nuevo periódico, el Oaxaca Gráfico, con don Everardo y doña Chela, quienes fungieron después, sucesivamente, como directores en diferentes épocas. Después de ellos, en la década de los años setenta, el periodista Gustavo Santaella Cruz fungió como subdirector y Luis Antonio Santiago, jefe de redacción.


En el atrio de Xochimilco, don Lalo, su hijo Lalito y doña Natividad Blanco de Pimentel, su esposa.

El novedoso diario empezó a circular dos años después del diario El Imparcial, a partir del día jueves 19 de noviembre de 1953 hasta mayo de 1981, bajo el mando de don Eduardo, registrando tantos acontecimientos históricos, políticos, sociales y culturales en sus cuatro páginas primero y de seis posteriormente. En el mes de junio de 1981, Oaxaca Gráfico pasó a otra administración.
Don Lalo, miembro de la organización de Periodistas Oaxaqueños Unidos, primero, y de la Unión de Editores de Oaxaca, después, fue un empresario pero se impuso siempre su vocación y criterio periodísticos. Cuidó en todo momento la política editorial y no en pocas ocasiones él y doña Chela se enfrascaron en discusiones inteligentes para definir cómo debía salir la información motivo de los puntos de vista encontrados. Era interesante para nosotros los reporteros presenciar esta escena porque aprendía uno de ellos para llegar finalmente a un consenso, sin guardar ningún rencor.
Él no dejó en ningún momento su libreta de bolsillo, su lapicero y su máquina de escribir. Hombre de carácter y buen humor, procuró junto con los directores en turno que “El diario de la provincia”, lema del periódico, tuviese ese genio, sabor y color de Oaxaca. Eso lo hacía diferente de los demás.
Era fino hasta en las bromas y muy juguetón, pero enérgico como doña Chela en el trabajo. Con un sentido humanitario y de solidaridad con las causas justas, fue más allá de la promoción de actividades en el periódico. Tanto él como doña Naty apoyaron a niños y jóvenes que se acercaron a ellos. La pareja tuvo un hijo: Eduardo Pimentel Blanco.


El Presbítero e historiador don Humberto Medina Villegas, bendice la prensa tipográfica del Oaxaca Gráfico, en 1964. Lalito Pimentel Blanco sostiene un crucifijo y una vela durante la ceremonia.


La línea editorial se expresaba en la columna Marginal, donde escribía nuestra directora doña Arcelia, el compañero Jesús Ramos Dávila, dedicado a la cultura y ahora a la medicina natural, y en ocasiones el autor de estas líneas.

Comparto en este relato lo que me tocó vivir desde que llegué al periódico a finales de 1963, en que estaban muy activos el cronista parlamentario Manuel Sánchez y el reportero de todos los moles Rufino Sánchez; era directora doña Arcelia Yañiz. Después laboraron en diferentes épocas el audaz Gustavo Santaella Cruz, los hermanos Luis Antonio y Felipe Santiago Montes, Juan Aguilar Pérez, Antonio Mejía García, quien falleció en el terremoto de 1985 en la ciudad de México; Silvio Aguilar, Florencia Basulto Nelson, Amado Sanmartín Hernández, articulista ahora del diario Noticias; Salomón Martínez Sánchez, Rodolfo Reyes López y Federico Ramírez, entre otros, quienes caminaron y trabajaron bajo esa ruta entusiasmados porque la nota reporteada saliera al día siguiente y que el periódico se vendiera como pan caliente.

En la sección de deportes estaban los cronistas Jorge Torres García y Alberto Sánchez Vera; en la de policía Mauricio Mauro Ramírez Hernández, quien fundó más tarde el periódico Rotativo, y José Alonso Santaella, pero de alguna manera todos tuvimos que salir a reportear la nota rota o la social; acudir a los servicios de emergencia, a la comisaría, la Cruz Roja, las agencias del Ministerio Público; ir a la estación de ferrocarril, a los templos o a la fuente que uno eligiese y era seguro obtener ahí alguna información.

Entre los fotógrafos dejaron huella con sus imágenes frescas don Guillermo Pimentel Castañón, Jacobo Martínez, Dimas Rodríguez y José Antonio Hernández, entre otros.

Si don Lalo y doña Chela buscaban la nota de todos los sabores y colores, es decir de todo tipo, ¿por qué no lo íbamos a hacer los que estábamos bajo su mando? Lo hicimos, aunque los asuntos fuertes como los del gobierno estuvieron reservados solo para él y ella, pero poco a poco nos lo fueron soltando hasta que logramos tener dominio del terreno.


Departiendo en el Merendero El Tule, de don Miguel Nájera, en el orden acostumbrado los reporteros: Ángel Soriano Carrasco, Federico Ramírez, Gustavo Santaella Cruz, Jorge Martínez Gracida, Leandro Hernández Romero, Profesor don Fidel López Carrasco, don Eduardo Pimentel, Héctor I. Loyo Muñoz "el Toto", Luis Antonio Santiago, Emilio Rafael Bermúdez y personaje no identificado. Foto: José Antonio Hernández "el Chino". 

Con el ánimo de que el Oaxaca Gráfico ofreciera lecturas más profundas que la mera noticia, en las páginas centrales aparecieron artículos del ministro Alfonso Francisco Ramírez, de los historiadores Basilio Rojas y Guillermo Villa Castañeda, mejor conocido como José María Bradomín; del escritor Andrés Henestrosa, del investigador Alfonso Martínez Berges, del sacerdote doctor en teología Humberto Medina Villegas, del maestro Guillermo Rosas Solaegui, del arquitecto Armando Nicolau, de los hermanos Federico y Dolores Jiménez Caballero, el primero propietario del museo Belber Jiménez; del doctor Francisco Martínez Sánchez, exmagistrado; de don Roque Carrasco Parada, de don Augusto García Moguel y del educador Fidel Carrasco, del notario Jorge Martínez Gracida, del escritor Abel Santiago Díaz, del catedrático universitario Evelio Bautista Torres, del magistrado Mario Vargas, quien de estudiante fue también linotipista en este periódico, y del escritor Julio Ramírez, formador de generaciones de escritores, entre otros.

Don Lalo tuvo muchos amigos y colaboradores permanentes y espontáneos. Uno de los que estuvo muy cerca de él y se convirtió en el abogado del periódico fue Enrique Cruz Viloria, miembro de la asociación de charros, quien hacía sus notas y crónicas; también José Luis Robles con sus aportaciones culturales. El artista plástico y promotor cultural Nicéforo Urbieta Morales laboró de joven en este diario. De ahí que don Lalo haya acuñado la palabra de “joven colaborante”, que nos aplicó a todos.

Cuenta doña Chela en uno de sus libros que don Lalito salía constantemente con su esposa doña Naty, dedicada también a la tipografía, a los alrededores de la ciudad en busca de la noticia y vaya que la encontraba y la escribía al instante. Doña Natividad Blanco García era propietaria de una de las imprentas más grande e importante de la época, que estuvo ubicada antes en la calle de 20 de Noviembre, esquina con la de Trujano; después se pasó también a Matamoros 100.

Esquina donde estuvo originalmente el "Oaxaca Gráfico".

En los últimos años que laboré con él, don Lalo hacía todavía sus recorridos durante las noches con sus choferes Fortunato Chávez, Mardonio Robles o con uno de los reporteros disponible. A veces lo hacían de taxista o socorrista, llevando a parturientas, enfermos o heridos al hospital, además de traer tlayudas, tacos, frutas o lo que encontrara en la calle. Nunca faltaron las famosas flautas que mitigaba el hambre del personal que trabajaba en las noches.

Las mujeres y hombres detrás del periódico, pero que hacían parte fundamental del diario, fueron entre otros los linotipistas Javier Bolaños, quien llegaba a su turno vestido pulcramente, de corbata; el actor de teatro Jesús Valle Araujo, Fausto Orozco e Ismael Antonio Hernández, con sus respectivos ayudantes.

El formador durante mi tiempo de reportero y colaborador era Alfonso Sánchez, pero estuvieron antes Daniel Gómez Sarmiento, quien se convirtió después en líder obrero. Los prensistas fueron Lorenzo N., Miguel García y Camerino Ramírez, también con sus ayudantes. Las que auxiliaron a don Lalo en la gerencia estuvieron las hermanas María Luisa y Hortencia Solaegui, asíEDITOR Y como Tere Martínez Irala. En la administración estuvo don José Noriega, muy puesto en su papel.

Doña Simona, hermana de don Lalo, distribuyó los periódicos durante muchos años en la esquina de avenida Independencia y Porfirio Díaz, donde se imprimió el diario en sus primeros años; después, al adquirirse una moderna rotoplana de entonces, los talleres se trasladaron a la calle de Matamoros 100, donde se integraron a las oficinas de la dirección y redacción. Don Guillermo Pimentel Castañón, sobrino de don Lalo, se encargó de hacer los grabados de fotografía; también doña Matilde, de la misma familia, quien le auxiliaba en este quehacer técnico.


La Tuna Universitaria llegó a la Sala de Redacción a amenizar la jornada del Oaxaca Gráfico, en los 1970's...




Don Gabriel Manuel Quintas y su esposa Judith conservan gratos recuerdos de don Lalo y doña Naty. El señor Quintas maquiló el periódico durante dos años y medio, pero cuando llegó el nuevo intertipo, el cual estrenó Chucho Valle, los trabajos se hicieron ya en casa, pero siguió auxiliando cuando fallaba alguna pieza.

Durante la administración de don Pedro Vásquez Colmenares, don Lalo me visitó algunas veces en la oficina de comunicación social en el Palacio de Gobierno. Platicamos de los problemas de Oaxaca y de las cosas bonitas que tenemos, las cuales habría que atender y difundir, como lo hizo en vida en el periódico a través de prestigiadas plumas y de los reporteros, fotógrafos y colaboradores.

A don Eduardo, don Everardo y doña Arcelia les tocó vivir y hacer periodismo con esfuerzo, amor y creatividad en el Oaxaca de ayer. A ellos acudieron autoridades municipales y sus bandas de música. En la temporada navideña llegó igualmente la Tuna Universitaria con Mario Vargas como director y ejecutante para alegrar la sala de redacción; los jóvenes lo siguieron haciendo varios años después. Luego de tocar y cantar, hubo pan, café y tamales.

Ahora soplan nuevos aires y los retos son los de seguir adelante. Nuestro homenajeado falleció el 30 de octubre de 1984, dejándonos tareas a realizar como se las recomendaron en su momento sus antecesores y contemporáneos.

Oaxaca de Juárez, Oaxaca, diciembre de 2017.

"Cabeza" del diario


Este homenaje se hizo en la Hemeroteca Pública de Oaxaca Néstor Sánchez, el 8 de diciembre de 2017. El presente documento se editó en un folleto, y hoy se pone en la red para que todo aquel interesado en la historia del periodismo de Oaxaca, tenga una valiosa fuente más a su servicio.

Las siguientes son fotos tomadas durante dicho homenaje, que abarrotó la Sala y reunió a amigos y colegas que incluso vinieron de lejos a sumarse al evento.

El escritor, editor y periodista Julio Ramírez, Eduardo Pimentel Blanco, el retrato de Don Eduardo Pimentel Méndez y Claudio Sánchez Islas


El periodista Gustavo Santaella, venido desde Tuxtepec, se unió al festejo.


La Maestra Ana Isabel Vásquez Colmenares Guzmán, Secretaria de las Culturas y Artes de Oaxaca, acompañada del periodista Néstor Y. Sánchez Islas, presidió el homenaje.


El periodista Leandro Hernández Romero, leyendo su semblanza ante el selecto público.




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