PORTADA DE LA SEMBLANZA BIOGRÁFICA
DE NUESTRO ESTIMADO COLEGA.
Por Leandro Hernández Romero
Doña Arcelia Yañiz y
don Eduardo Pimentel Méndez, ya fallecidos, fueron testigos y hasta
protagonistas de hechos y cosas trascendentes de Oaxaca, haciendo un
periodismo con amor, entrega y emoción que respondió a la época.
Doña Arcelia me expresó
en vida, una y otra vez, que a don Eduardo no se le había hecho
justicia por lo que hizo por Oaxaca a través de la prensa. Incluso
ella se ofreció a coordinar la iniciativa, pero ésta no se llegó a
concretar.
Por eso valoro en grande
que la Secretaría de las Culturas y Artes del Estado, a cargo de la
maestra Ana María Vásquez Colmenares Guzmán, abra un espacio para
rendir homenaje a estos dos grandes periodistas para que la
Asociación de Amigos de la Hemeroteca “Néstor Sánchez Hernández”
renueve la fotografía de doña Arcelia y coloque la de don Eduardo
Pimentel en la galería de ilustres oaxaqueños, pilares del
periodismo y la cultura que han hecho historia.
El reportero Pimentel, en sus años de juventud.
Don
Eduardo nació con el siglo XX y se forjó en los valores de libertad
y justicia, anhelos del pueblo oaxaqueño. Fue un reportero de a pie
y bicicleta. Así buscó la noticia cotidiana cuando laboró en El
Oaxaqueño. Una de sus glorias y también de Oaxaca, fue sin duda
el haber dado la primicia o la exclusiva local, la que se difundió a
nivel nacional e internacional, sobre el descubrimiento del tesoro o
las joyas de Monte Albán, el 7 de enero de 1932, hallazgo hecho por
el doctor Alfonso Caso, su esposa María Lombardo y un equipo de
personas nativas de los Valles, según lo documenta la escritora
oaxaqueña Luz María González Esperón en su libro Perfiles de
Oaxaca.
Don Eduardo conoció en
El Oaxaqueño a personajes como don Ángel Taracena, destacado
periodista y escritor, con cuyas enseñanzas y recomendaciones
afianzó la práctica del oficio y sobre todo su profundo amor a
Oaxaca, su cultura y sus tradiciones. Ahí coincidió también con
don Everardo Ramírez Bohórquez, maestro en el arte del buen decir y
escribir, quien fue después un cronista excepcional de la ciudad de
Oaxaca de Juárez en décadas recientes, y doña Arcelia Yañiz, una
gran mujer que ya destacaba desde entonces como periodista, poetisa y
promotora cultural, quien apoyó a numerosas generaciones de jóvenes
en el arte de la declamación, el teatro y el buen escribir.
Don Lalo concibió la
idea de fundar un nuevo periódico, el Oaxaca Gráfico, con
don Everardo y doña Chela, quienes fungieron después,
sucesivamente, como directores en diferentes épocas. Después de
ellos, en la década de los años setenta, el periodista Gustavo
Santaella Cruz fungió como subdirector y Luis Antonio Santiago, jefe
de redacción.
En el atrio de Xochimilco, don Lalo, su hijo Lalito y doña Natividad Blanco de Pimentel, su esposa.
El novedoso diario empezó
a circular dos años después del diario El Imparcial,
a partir del día jueves 19 de noviembre de 1953 hasta mayo de
1981, bajo el mando de don Eduardo, registrando tantos
acontecimientos históricos, políticos, sociales y culturales en sus
cuatro páginas primero y de seis posteriormente. En el mes de junio
de 1981, Oaxaca Gráfico pasó a otra administración.
Don Lalo, miembro de la
organización de Periodistas Oaxaqueños Unidos, primero, y de la
Unión de Editores de Oaxaca, después, fue un empresario pero se
impuso siempre su vocación y criterio periodísticos. Cuidó en todo
momento la política editorial y no en pocas ocasiones él y doña
Chela se enfrascaron en discusiones inteligentes para definir cómo
debía salir la información motivo de los puntos de vista
encontrados. Era interesante para nosotros los reporteros presenciar
esta escena porque aprendía uno de ellos para llegar finalmente a un
consenso, sin guardar ningún rencor.
Él no dejó en ningún
momento su libreta de bolsillo, su lapicero y su máquina de
escribir. Hombre de carácter y buen humor, procuró junto con los
directores en turno que “El diario de la provincia”, lema del
periódico, tuviese ese genio, sabor y color de Oaxaca. Eso lo hacía
diferente de los demás.
Era fino hasta en las
bromas y muy juguetón, pero enérgico como doña Chela en el
trabajo. Con un sentido humanitario y de solidaridad con las causas
justas, fue más allá de la promoción de actividades en el
periódico. Tanto él como doña Naty apoyaron a niños y jóvenes
que se acercaron a ellos. La pareja tuvo un hijo: Eduardo Pimentel
Blanco.
El Presbítero e historiador don Humberto Medina Villegas, bendice la prensa tipográfica del Oaxaca Gráfico, en 1964. Lalito Pimentel Blanco sostiene un crucifijo y una vela durante la ceremonia.
La línea editorial se
expresaba en la columna Marginal, donde escribía nuestra
directora doña Arcelia, el compañero Jesús Ramos Dávila, dedicado
a la cultura y ahora a la medicina natural, y en ocasiones el autor
de estas líneas.
Comparto en este relato
lo que me tocó vivir desde que llegué al periódico a finales de
1963, en que estaban muy activos el cronista parlamentario Manuel
Sánchez y el reportero de todos los moles Rufino Sánchez; era
directora doña Arcelia Yañiz. Después laboraron en diferentes
épocas el audaz Gustavo Santaella Cruz, los hermanos Luis Antonio y
Felipe Santiago Montes, Juan Aguilar Pérez, Antonio Mejía García,
quien falleció en el terremoto de 1985 en la ciudad de México;
Silvio Aguilar, Florencia Basulto Nelson, Amado Sanmartín Hernández,
articulista ahora del diario Noticias; Salomón Martínez
Sánchez, Rodolfo Reyes López y Federico Ramírez, entre
otros, quienes caminaron y trabajaron bajo esa ruta entusiasmados
porque la nota reporteada saliera al día siguiente y que el
periódico se vendiera como pan caliente.
En la sección de
deportes estaban los cronistas Jorge Torres García y Alberto Sánchez
Vera; en la de policía Mauricio Mauro Ramírez Hernández, quien
fundó más tarde el periódico Rotativo, y José Alonso
Santaella, pero de alguna manera todos tuvimos que salir a reportear
la nota rota o la social; acudir a los servicios de emergencia, a la
comisaría, la Cruz Roja, las agencias del Ministerio Público; ir a
la estación de ferrocarril, a los templos o a la fuente que uno
eligiese y era seguro obtener ahí alguna información.
Entre los fotógrafos
dejaron huella con sus imágenes frescas don Guillermo Pimentel
Castañón, Jacobo Martínez, Dimas Rodríguez y José Antonio
Hernández, entre otros.
Si don Lalo y doña Chela
buscaban la nota de todos los sabores y colores, es decir de todo
tipo, ¿por qué no lo íbamos a hacer los que estábamos bajo su
mando? Lo hicimos, aunque los asuntos fuertes como los del gobierno
estuvieron reservados solo para él y ella, pero poco a poco nos lo
fueron soltando hasta que logramos tener dominio del terreno.
Departiendo en el Merendero El Tule, de don Miguel Nájera, en el orden acostumbrado los reporteros: Ángel Soriano Carrasco, Federico Ramírez, Gustavo Santaella Cruz, Jorge Martínez Gracida, Leandro Hernández Romero, Profesor don Fidel López Carrasco, don Eduardo Pimentel, Héctor I. Loyo Muñoz "el Toto", Luis Antonio Santiago, Emilio Rafael Bermúdez y personaje no identificado. Foto: José Antonio Hernández "el Chino".
Con el ánimo de que el
Oaxaca Gráfico ofreciera lecturas más profundas que la mera
noticia, en las páginas centrales aparecieron artículos del
ministro Alfonso Francisco Ramírez, de los historiadores Basilio
Rojas y Guillermo Villa Castañeda, mejor conocido como José María
Bradomín; del escritor Andrés Henestrosa, del investigador Alfonso
Martínez Berges, del sacerdote doctor en teología Humberto Medina
Villegas, del maestro Guillermo Rosas Solaegui, del arquitecto
Armando Nicolau, de los hermanos Federico y Dolores Jiménez
Caballero, el primero propietario del museo Belber Jiménez; del
doctor Francisco Martínez Sánchez, exmagistrado; de don Roque
Carrasco Parada, de don Augusto García Moguel y del educador Fidel
Carrasco, del notario Jorge Martínez Gracida, del escritor Abel
Santiago Díaz, del catedrático universitario Evelio Bautista
Torres, del magistrado Mario Vargas, quien de estudiante fue también
linotipista en este periódico, y del escritor Julio Ramírez,
formador de generaciones de escritores, entre otros.
Don Lalo tuvo muchos
amigos y colaboradores permanentes y espontáneos. Uno de los que
estuvo muy cerca de él y se convirtió en el abogado del periódico
fue Enrique Cruz Viloria, miembro de la asociación de charros, quien
hacía sus notas y crónicas; también José Luis Robles con sus
aportaciones culturales. El artista plástico y promotor cultural
Nicéforo Urbieta Morales laboró de joven en este diario. De ahí
que don Lalo haya acuñado la palabra de “joven colaborante”,
que nos aplicó a todos.
Cuenta doña Chela en uno
de sus libros que don Lalito salía constantemente con su esposa doña
Naty, dedicada también a la tipografía, a los alrededores de la
ciudad en busca de la noticia y vaya que la encontraba y la escribía
al instante. Doña Natividad Blanco García era propietaria de una de
las imprentas más grande e importante de la época, que estuvo
ubicada antes en la calle de 20 de Noviembre, esquina con la de
Trujano; después se pasó también a Matamoros 100.
Esquina donde estuvo originalmente el "Oaxaca Gráfico".
En los últimos años que
laboré con él, don Lalo hacía todavía sus recorridos durante las
noches con sus choferes Fortunato Chávez, Mardonio Robles o con uno
de los reporteros disponible. A veces lo hacían de taxista o
socorrista, llevando a parturientas, enfermos o heridos al hospital,
además de traer tlayudas, tacos, frutas o lo que encontrara en la
calle. Nunca faltaron las famosas flautas que mitigaba el hambre del
personal que trabajaba en las noches.
Las mujeres y hombres
detrás del periódico, pero que hacían parte fundamental del
diario, fueron entre otros los linotipistas Javier Bolaños, quien
llegaba a su turno vestido pulcramente, de corbata; el actor de
teatro Jesús Valle Araujo, Fausto Orozco e Ismael Antonio Hernández,
con sus respectivos ayudantes.
El formador durante mi
tiempo de reportero y colaborador era Alfonso Sánchez, pero
estuvieron antes Daniel Gómez Sarmiento, quien se convirtió después
en líder obrero. Los prensistas fueron Lorenzo N., Miguel García y
Camerino Ramírez, también con sus ayudantes. Las que auxiliaron a
don Lalo en la gerencia estuvieron las hermanas María Luisa y
Hortencia Solaegui, asíEDITOR Y como Tere Martínez Irala. En la
administración estuvo don José Noriega, muy puesto en su papel.
Doña Simona, hermana de
don Lalo, distribuyó los periódicos durante muchos años en la
esquina de avenida Independencia y Porfirio Díaz, donde se imprimió
el diario en sus primeros años; después, al adquirirse una moderna
rotoplana de entonces, los talleres se trasladaron a la calle de
Matamoros 100, donde se integraron a las oficinas de la dirección y
redacción. Don Guillermo Pimentel Castañón, sobrino de don Lalo,
se encargó de hacer los grabados de fotografía; también doña
Matilde, de la misma familia, quien le auxiliaba en este quehacer
técnico.
La Tuna Universitaria llegó a la Sala de Redacción a amenizar la jornada del Oaxaca Gráfico, en los 1970's...
Don Gabriel Manuel
Quintas y su esposa Judith conservan gratos recuerdos de don Lalo y
doña Naty. El señor Quintas maquiló el periódico durante dos años
y medio, pero cuando llegó el nuevo intertipo, el cual estrenó
Chucho Valle, los trabajos se hicieron ya en casa, pero siguió
auxiliando cuando fallaba alguna pieza.
Durante la administración
de don Pedro Vásquez Colmenares, don Lalo me visitó algunas veces
en la oficina de comunicación social en el Palacio de Gobierno.
Platicamos de los problemas de Oaxaca y de las cosas bonitas que
tenemos, las cuales habría que atender y difundir, como lo hizo en
vida en el periódico a través de prestigiadas plumas y de los
reporteros, fotógrafos y colaboradores.
A don Eduardo, don
Everardo y doña Arcelia les tocó vivir y hacer periodismo con
esfuerzo, amor y creatividad en el Oaxaca de ayer. A ellos acudieron
autoridades municipales y sus bandas de música. En la temporada
navideña llegó igualmente la Tuna Universitaria con Mario Vargas
como director y ejecutante para alegrar la sala de redacción; los
jóvenes lo siguieron haciendo varios años después. Luego de tocar
y cantar, hubo pan, café y tamales.
Ahora soplan nuevos aires
y los retos son los de seguir adelante. Nuestro homenajeado falleció
el 30 de octubre de 1984, dejándonos tareas a realizar como se las
recomendaron en su momento sus antecesores y contemporáneos.
Oaxaca de Juárez, Oaxaca,
diciembre de 2017.
Este homenaje se hizo en la Hemeroteca Pública de Oaxaca Néstor Sánchez, el 8 de diciembre de 2017. El presente documento se editó en un folleto, y hoy se pone en la red para que todo aquel interesado en la historia del periodismo de Oaxaca, tenga una valiosa fuente más a su servicio.
Las siguientes son fotos tomadas durante dicho homenaje, que abarrotó la Sala y reunió a amigos y colegas que incluso vinieron de lejos a sumarse al evento.
"Cabeza" del diario
Este homenaje se hizo en la Hemeroteca Pública de Oaxaca Néstor Sánchez, el 8 de diciembre de 2017. El presente documento se editó en un folleto, y hoy se pone en la red para que todo aquel interesado en la historia del periodismo de Oaxaca, tenga una valiosa fuente más a su servicio.
Las siguientes son fotos tomadas durante dicho homenaje, que abarrotó la Sala y reunió a amigos y colegas que incluso vinieron de lejos a sumarse al evento.
El escritor, editor y periodista Julio Ramírez, Eduardo Pimentel Blanco, el retrato de Don Eduardo Pimentel Méndez y Claudio Sánchez Islas
El periodista Gustavo Santaella, venido desde Tuxtepec, se unió al festejo.
La Maestra Ana Isabel Vásquez Colmenares Guzmán, Secretaria de las Culturas y Artes de Oaxaca, acompañada del periodista Néstor Y. Sánchez Islas, presidió el homenaje.
El periodista Leandro Hernández Romero, leyendo su semblanza ante el selecto público.
-->
No hay comentarios:
Publicar un comentario