domingo, 15 de septiembre de 2013

SAN FRANCISCO DEL MAR. APUNTES DE SU HISTORIA


El estado de Oaxaca está lleno de cronistas, acuciosos investigadores que dedican toda su vida a explicarse el origen de las poblaciones donde nacieron. Es el caso del Profesor Celso Gómez Parada, quien acaba de publicar su libro titulado Apuntes de historia de San Francisco del Mar cuya portada, extendida, es la siguiente:


Esta foto es antigua y quiso el autor que se conservara ese tono deslavado por el tiempo, porque esto ya no existe más. Puede verse el caserío con sus chozas tradicionales y al fondo parte de la laguna que en alguna parte de su extensión ostenta el nombre de "Mar muerto"... en el Istmo de Tehuantepec.

Se les llama pueblos mareños pues dependen económica y culturalmente del mar y pertenecen a la etnia Huave. El autor hizo un esfuerzo enciclopédico para obsequiar a sus propios paisanos esta apretada síntesis, pero eso sí, con fuentes documentales y testimonios de primera mano. Veamos el extenso Índice con que se estructura este libro:

Capítulo I
El misterioso origen de los huaves  •13
Antecedentes sobre el asentamiento de los huaves
en el Istmo de Tehuantepec  •13
Posiblemente los huaves no vinieron del Perú, ni de Nicaragua  •15


Capítulo II
Delimitacion territorial 19
Mutatis mutandis, expresión del latín que quiere decir:
“cambiando lo que se debe cambiar”  •19
Guerras de Ajayácatl o Axayácatl  •21
Desconfianza de zapotecas, mixes y mixtecos por peligros de invasión  •25
Otra vez la presencia del ejército azteca entre los huaves  •27
Cosijoeza avanza hacia Tehuantepec  •28
Puchumbaj  •32
El discriminador racial Francisco de Burgoa  •37


Capítulo III
Consecuencias de la guerra mixteco-zapoteca
contra aztecas y huaves  •40


Capítulo IV
Final de la guerra y llegada de los españoles  •44
El desembarco  •47
La comisión de los embajadores  •47
Los totonacas  •48


Capítulo V
La Conquista Española  •49
Inicio del período colonial para zapotecas y huaves  •49


Capítulo VI
El servicio personal de los huaves en el astillero  •61

Capítulo VII
Problemas opuestos a Cortés por los mismos españoles  •68
Remembranzas de Alexander von Humboldt sobre el astillero y el puerto  •71


Capítulo VIII
El despojo de los recursos naturales del área huave durante
los siglos XVII y XVIII y los esfuerzos para acceder a su uso  •73
El auge ganadero en el área huave (1580-1620): El “ranching boom”  •75
Caciques y Principales  •78
Las haciendas marquesansas en el área huave  •80
Las peticiones y ganados de los dominicos  •81
Leyenda del señor Bernal  •82
Las cofradías en el área huave  •83
Instancias de gobierno para solucionar una disputa territorial  •87
Presagios que anuncian la titulación de las tierras comunales  •88
Cambio de nombre de los pueblos huaves  •89
San Francisco Ixtaltepeque de la Mar obtiene un dictamen
de restitución de tierras  •90
Evocaciones sobre el título primordial de tierras 
de San Francisco del Mar  •91
La ineludible comisión de “mayor”  •94
El pleito por las salinas  •97
El litigio entre caciques  • 99
El litigio entre los pueblos  •100
Contreras, el español estéril  •102


Capítulo IX
Lo que fue la doctrina y vicaría de San Francisco del Mar  •103


Capítulo X
Inicia el período del México Independiente  •107
Las calamidades de 1870  •109


Capítulo XI
Tiet/y Pancho León ta tuch umalar a Ti Lam
El señor Pancho León empujó nuestras cabezas adonde el Río  •111
La opinión del Profr. Germán López Trujillo  •111
La versión no escrita del Profr. Nicolás Morales Pineda  •113
La versión del historiador Gonzalo Jiménez López  •114
Reflexiones sobre el asalto a Tehuantepec en 1876  •116
Breves escenarios de la vida de los mareños en el pueblo
de Ixhuatán 1882-1916  •121
El Ejido  •127
El regreso a San Francisco del Mar  •132


Capítulo XII
La lucha de los mareños de San Francisco del Mar
por la restauración de su municipio  •135
Un resumen de la manera que administraron el estado de Oaxaca
los gobernadores de 1882 a 1916  •136
Los años turbulentos de la Revolución y la participación
en ella de algunos hombres de San Francisco del Mar  •146
El perjuicio de los rebeldes y el martirio de Porfirio Mendoza  •149
Querían venir a levantar la mesa  •150
Otro estorbo, Alcanfor  •153
También Charis pasó por San Francisco del Mar  •156
Los hermanos de San Mateo del Mar nos apoyaron  •157
El licenciado Francisco López Cortés, gobernador del estado  •158
Esteban Maqueo Castellanos  •160


Capítulo XIII
Los comienzos de la democracia en San Francisco del Mar.
Relato dedicado a mi amigo Florencio Francisco Mendoza  •162
Los presidentes municipales no reconocidos por la Cámara Legislativa
de Oaxaca  •164


Capítulo XIV
Santiago Niltepec y Santo Domingo Zanatepec
reconocen a San Francisco del Mar como vecino colindante  •167


Capítulo XV
Los Secretarios Municipales de San Francisco del Mar  •168


Capítulo XVI
Comienza la atención educativa federal
en San Francisco del Mar  •171
Capítulo XVII
Los comerciantes juchitecos en San Francisco del Mar  •172


Capítulo XVIII
La década de los años cuarenta  •173
Hacia la instauración del expediente agrario  •179
Un paréntesis  •180
Notas dedicadas a Alejandro Cruz Pioquinto  •183
Breves estampas de San Francisco del Mar durante los años 40  •187
1. La introducción del molino para nixtamal  •187
2. La marimba La voz de un ángel  •188
3. El teatro al aire libre  •188
4. No se hablaba la lengua huave en la escuela  •188
5. Nos visitó el inspector escolar  •188
6. Punta Avión y Rincón Gringo  •188
7. El examen semestral en junio de 1945  •189
8. La música y el sorteo para el Servicio Militar Nacional  •191
9. Las festividades religiosas  •192
10. Se reinician los trabajos para construcción del templo  •193
11. Sale un grupo de jóvenes a estudiar  •196
12. Cambio de fecha para festejar a San Francisco de Asís  •197
13. La banda de música que dirigió Dámaso Enríquez Nieto  •200
14. La muerte de Cancino  •201
15. Nuevo palacio municipal para San Francisco del Mar  •202
16. Un presidente municipal por cuatro años  •203


Capítulo XIX
Se reinicia la lucha por la restitución del Patrimonio Comunal  •203
La autoridad municipal recibió una carta  •207  
Rumbo a la práctica del estudio paleográfico del título primordial  •216
La celebración del 1º de enero de 1958  •217
Hacia el levantamiento topográfico de la poligonal  •220
Ti Ndapa (El lugar de lama)  •224
Copalito  •225
Un alto al trabajo por la Semana Santa  •227
Otra vez Ti Ndapa  •228
Los muchachos en México accionan la parte legal  •231


Capítulo XX
También las fuerzas de la naturaleza nos atacan  •233


Capítulo XXI
Alfredo Cortés Rito y la comunicación
con vehículos automotores  •237
Julio Nakamura compite en el autotransporte  •239


Capítulo XXII
Se organiza la cooperativa de producción pesquera  •240


Capítulo XXIII
El Médano o Loma Blanca  •244


Capítulo XXIV
El traslado del pueblo  •247
Cómo terminaron los iniciadores de la gestión
del traslado a Pueblo Nuevo  •252
¿Por qué Amatitlán y no Cerro Venado?  •252


Capítulo XXV
El Decreto Presidencial  •256


Capítulo XXVI
Hacia dónde vamos  •261
Un discurso para finalizar  •268


Bibliografía •269
Anexos  •271



He aquí al autor en una foto que aparece en su mismo libro. Para conocerlo publicaremos la semblanza que del mismo se publicó:

Celso Gómez Parada

Celso Gómez Parada nació en el pueblo de San Francisco del Mar el día diez del mes de octubre del año 1936. Este pueblo está ubicado en una isla del cordón litoral que va de la Barra de San Francisco a la Barra de Tonalá y pertenece al distrito de Juchitán, estado de Oaxaca.
Sus padres fueron Galdino Gómez Vargas y Emilia Parada Sánchez.
Inició sus estudios en la escuela de organización unitaria de su comunidad, donde cursó hasta el 4º grado de primaria; ingresó en la Escuela Normal Rural “Moisés Sáenz” de Comitancillo, Oax., de donde egresó en el año de 1955 como Profesor Normalista Urbano Titulado.
Se desempeñó como maestro de grupo de primaria en varias comunidades, también como director de escuela.
De la Universidad Pedagógica Nacional, en su unidad con sede en ciudad Ixtepec, Oax., obtuvo el título de Licenciado en Educación Primaria en 1988.
Habiendo alcanzado la categoría de Supervisor de Zona Escolar fundó la Zona Escolar Número 104 con sede en Santa María Guienagati, Tehuantepec, Oax., posteriormente desempeñó este puesto en la Zona Escolar Número 89 de Tehuantepec, la 56 de Juchitán, la 127 de Ciudad Ixtepec, la 88 de Juchitán, de donde salió por haber obtenido por concurso la categoría de Jefe Sector de Primaria, Foráneo; puesto que desempeñó en el Sector Escolar Número 05 ubicado en Juchitán de 1991 al 17 de febrero de 2011. Actualmente figura en la fila de los jubilados.
Como hijo del pueblo de San Francisco del Mar, participó en sus luchas para la titulación, confirmación y restitución de sus bienes comunales. Además, es autor de los escritos que dieron como resultado el traslado pacífico de los habitantes de San Francisco del Mar, ahora llamado Pueblo Viejo a San Francisco del Mar, Pueblo Nuevo.
Por medio de la obra que ha escrito, Apuntes de Historia de San Francisco del Mar, rinde homenaje al suelo que lo vio nacer.




Esta es una foto antigua también de su templo. Como veremos, es un pueblo viejo, pero muy interesante. Concluyamos con la inclusión del primer capítulo de este interesante volumen, no sin antes felicitar al autor por tan atinada obra, que ya está a la disposición de los interesados en algunas librerías de la ciudad de Oaxaca...


Capítulo I

El misterioso origen de los huaves


Antecedentes sobre el asentamiento de los huaves
en el Istmo de Tehuantepec

Los antecedentes que pudieran explicar el asentamiento de los huaves en el territorio del actual Istmo de Tehuantepec siguen constituyendo un misterio. Hasta ahora no se han hecho estudios científicos del ADN de la sangre y estudios más cuidadosos del lenguaje para inclinarnos a justificar alguna de las conjeturas sobre el origen de los huaves.
Los historiadores, sociólogos, políticos y hasta racistas que consignan en sus obras en lo correspondiente al origen de los huaves se remiten a repetir las dudosas afirmaciones que apuntó el fraile Francisco de Burgoa en su monumental obra histórica que intituló Geográfica descripción de la Parte Septentrional del Polo Ártico de la América... Predicadores de Antequera, Valle de Oaxaca.
Muy ásperas son las expresiones que fray Francisco de Burgoa endilgó o dirigió a los huaves; no se sabe qué faltas cometieron nuestros antepasados contra su persona.
Sin embargo, por Burgoa se sabe que una parte de la población huave se asentó en el valle de Jalapa, quien refiriéndose a este pueblo dijo: 

Eran los que vivían en este puesto, venidos de muy lejos de la parte del Sur, llamados huabes..., pero los huabes no sólo poblaron el valle de Jalapa actualmente inundado bajo las aguas de la presa, pues por las referencias que anotó el mismo historiador y fraile Burgoa se sabe que también poblaron Tehuantepec y ocuparon el valle que lo rodea. Confirmando esta referencia dejó dicho: ...Como han sucedido, en este pueblo de Tehuantepeque... fue este país en su antigüedad poblado de una nación llamada Huabe venida de la parte del Medio Día o Sur y de sus historias se supo, que por guerras que tuvieron entre sí o con otros vecinos vencidos y perseguidos se embarcaron en canoas, o barcos de su usanza, y vinieron costeando a vistas de tierra, por la Mar del Sur, y aunque probaron a tomar puerto en diversas partes, hallaron grandes dificultades, o ya por la resistencia de sus moradores, o ya por la fragosidad de los puestos infructíferos y nocivos, o ya porque el demonio a quien servían los guiaba como a los mexicanos, a las tierras más fértiles y abundantes, como han sido siempre éstas y llegando a esta costa de Tehuantepeque, hallaron las comodidades para su propagación y sustento, algunos dicen que los que habitaban esta tierra eran mijes, nación toda inclinada a vivir en serranías y montañas, y como estos son llanos dilatadísimos de tierra llana y tan caliente nunca estuvieron bien hallados, y así fue poca la resistencia que hicieron a los huabes... que la fueron ocupando con su propagación hasta la comarca de Jalapa...

Más adelante, Burgoa dijo que se averiguó de la procedencia de los huaves de muy lejos; pero aquí yo marcó una objeción, porque lo que dijo no se somete a un juicio de verdad en vista de que al parecer lo que asentó se basó en la casualidad no comprobada. A mi manera yo resumo lo que él dijo en su libro en la siguiente forma: Relata que un religioso de la Orden de San Francisco que venía de la provincia de Nicaragua llegó al convento de Tehuantepec. Allí escuchó que el cura comisionado como ministro de los huaves hablaba con su muchacho y se infiere que hablaban en huave. El religioso proveniente de Nicaragua dijo que entendió lo que platicaron porque aunque algunas palabras eran diferentes, resultaba que la lengua que escuchó era conocida para él por ser la misma que hablan en unos pueblos de Nicaragua y sólo por esta casualidad Burgoa supuso que de allá debieron haber salido los huaves pasando por las costas de Sonsonate, Guatemala, Suchitepeques y Soconusco hasta parar en la región de Tehuantepec. Este suceso de la plática casual puede ubicarse entre los años 1644 a 1660, coincidente con la época en que el fraile dominico Francisco de Burgoa escribió su obra.
En el capítulo LXXV, tomo II de la Geográfica Descripción, Burgoa reitera o insiste diciendo que los huaves poblaron las amenas praderías de Jalapa, de donde fueron desalojados por el rey zapoteco; pero en cuanto al origen dijo: “Eran los huaves, gente forastera y advenediza... [que] ...habían venido de tierras muy lejanas de allá de la costa del Sur, más cerca de la eclíptica vecindad del Perú”. Supone, porque no cita la fuente de donde obtuvo la información, que salieron de sus lugares anteriores por guerras que sostuvieron con vecinos que no sabemos quiénes fueron o por estragos de enfermedades o hambres; que vinieron navegando en balsas o posiblemente en canoas, en el océano Pacífico, siempre costeando; es decir, navegando a la vista de la costa. Que hicieron varios intentos de tocar tierra en varios lugares; pero no pudieron hacerlo por la oposición de los habitantes que se ostentaban como dueños o por lo difícil del terreno montañoso, y así sorteando dificultades desembarcaron en el actual llamado Golfo de Tehuantepec.
El presbítero e historiador José Antonio Gay, refiriéndose a los huaves como grupo étnico que figura entre los primeros pobladores de Oaxaca, solamente menciona el incidente de la plática que sostuvo el cura ministro de los huaves con su muchacho indígena. La importancia de esta plática radica en que se comunicaron o hablaron en lengua huave y que el religioso de la Orden de San Francisco, proveniente de la provincia de Nicaragua, los escuchó y dijo que entendió el contenido de aquella plática y sólo por esa casualidad se repite el argumento de que los huaves provienen de Nicaragua basado en la dudosa afirmación de Burgoa.
Habiendo consultado los libros Los huaves de San Mateo del Mar, Oax., de Italo Signorini, y Apuntes Históricos de Oaxaca, de Ángel Taracena, respectivamente y algunas obras más, todos coinciden en repetir lo que dejó dicho fray Francisco de Burgoa con relación al origen de los huaves.
Así quedó escrita la historia de los huaves en el capítulo referente a su origen. Gran parte de lo investigado proviene de lo que dejó dicho Francisco de Burgoa. La primera edición de su Geográfica Descripción data del año de 1674 y a partir de entonces toda referencia sobre el origen de los huaves se ha resuelto diciendo que vinieron del Perú, que estuvieron en Nicaragua y que vinieron en “balsas” o “embarcaciones de su usanza” que no sabemos cómo eran.
La plática que sostuvo el religioso en el convento de Tehuantepec con el muchacho huave que había traído a su servicio nos sirve de informe; pero nadie hasta hoy ha intentado comprobar si lo que dijo el religioso de la Orden de San Francisco, venido de Nicaragua, es verdadero o falso. Esta plática se dio, según José Antonio Gay, en 1660. De entonces a la fecha, no se tiene noticia de que haya hablantes de la lengua huave en Nicaragua; si los hubiera nos daría mucho gusto comunicarnos con ellos y unidos podríamos esclarecer las dudas de nuestro origen.
Por otra parte, pensar que por guerras entre vecinos en las que el actual grupo racial huave fue vencido, siendo este motivo de la emigración en balsas es algo que no va con el rigor de la realidad. Huyendo de una derrota es difícil avituallar cada embarcación, principalmente de agua para beber y de alimentos para sobrevivir; sin estos elementos todos estarían condenados a muerte por sed y hambre en la inmensidad del mar. Además, que la embarcación fuera costeando siempre, avistando tierra, tampoco puede darse con un porcentaje aceptable de certeza por dos factores principales que son: los vientos y las corrientes marinas. En aquellos tiempos no se podían auxiliar con motores, el control de la embarcación se tenía que hacer con remos; pero el avance se tenía que hacer a la deriva dejándose arrastrar por las ramificaciones de la Corriente Marina de Humboldt o Ecuatorial y por los vientos alisios. A lo mejor, tanto la corriente marina como los vientos llevarían las balsas al rumbo de las islas Hawái o a algún archipiélago de las islas polinesias.

Posiblemente los huaves no vinieron del Perú
ni de Nicaragua

Entonces, ¿en qué quedamos? En que a lo mejor los huaves no vinieron de tan lejos como se ha especulado. Pero para afirmar o negar que los huaves vinieran de Perú o Nicaragua es necesario leer y escuchar otros criterios.
Con este motivo me remito a dar a conocer de manera somera lo que escribió un noruego llamado Thor Heyerdahl sobre la posibilidad de la emigración desde las costas de Perú hacia las islas polinesias.
Este gran viajero tuvo la suerte de conocer los asentamientos antiguos de la región peruana que después ocuparon los quechuas que son elementos de una raza a cuyo rey llamaron Inca. Conoció la isla de Pascua y admiró en ella los grandes monolitos alineados con figura humana que dan la impresión de que se refieren a una raza blanca que por azares de la guerra desapareció; pero que resurgió por un tiempo en las islas del Pacífico Sur, en las islas Marquesas, en Tahití, en Samoa. Thor Heyerdahl relata que en esas islas también hay monolitos con caracteres humanos y de muchas toneladas de peso como los que existen en Perú y en la isla de Pascua; en el Perú representan al Dios-Sol o Kon-Tiki.
En una pequeña isla del archipiélago de las Marquesas, en medio del océano Pacífico, Thor Heyerdahl y su esposa permanecieron algún tiempo. La pequeña isla de referencia se llama Fatu Hiva. Habiendo ido hasta ese lugar, ubicado en la soledad e inmensidad del océano Pacífico a coleccionar toda clase de ejemplares vivos, de imágenes y otras reliquias de una cultura desaparecida.
Su esposa observó que al otro lado de aquella isla (que sería del lado poniente) no hay rompientes; es decir, olas grandes que se alzan y desbaratan al llegar a tocar tierra.
Thor le explicó que el fenómeno del bravo oleaje en la parte de la isla donde vivían se debía a que el avance del mar viene del oriente, por la fuerza de los vientos alisios, así desde la mañana del tiempo, las olas y las altas nubes que corren hacia aquellas islas han avanzado siempre del oriente. Los habitantes de Fatu Hiva, así como los habitantes de las otras islas de Polinesia, saben de este fenómeno; un viejo habitante de aquella isla les contó lo que sabía de cómo y de dónde llegaron los primeros pobladores de aquellas islas y entre otras expresiones dijo “Tiki... era jefe y era dios. Él trajo a mis antepasados a estas islas donde ahora vivimos. Antes, vivíamos en un gran país, allá detrás del mar”, (refiriéndose posiblemente al Perú).
Por su parte, Thor Heyerdahl había observado que las grandes figuras de piedra que representan al dios Tiki, mismas que se pueden localizar en las islas polinesias tienen marcada semejanza con los monolitos dejados por las extinguidas civilizaciones de la América del Sur.
También se informó de la leyenda de que “...Viracocha es un hombre inca (quichua) y por consiguiente de una época relativamente reciente”. “Para los quichuas, Viracocha quiere decir rey-sol. El nombre original del Dios-Sol Viracocha usado en tiempos antiguos fue Kon-Tiki. Kon-Tiki era sacerdote y rey-dios de los legendarios hombres blancos del Perú; pero un día esta raza fue atacada por otra raza y en una batalla librada en una de las islas del lago Titicaca, Kon-Tiki y sus combatientes fueron derrotados. Kon-Tiki y sus compañeros más cercanos escaparon y bajaron más tarde a las costas del océano Pacífico, desde donde finalmente desaparecieron, yendo hacia occidente por el mar.
Tiki, hijo del Sol, a quien, según declaraciones de los incas, sus antepasados habían arrojado del Perú hacia el océano Pacífico, era idéntico al jefe-dios blanco Kon-Tiki, hijo del Sol a quién adoraban los habitantes de todas las islas del Pacífico y lo consideran como fundador original de su raza.
Thor Heyerdahl se informó de que existen indicios de que los pobladores blancos de Kon-Tiki hacia el año 1100 de nuestra era cristiana fueron invadidos en sus islas por indios venidos del noroeste del nuevo mundo, mezclando su cultura con la de los blancos de la gente de Kon-Tiki.
También observó y escuchó Heyerdahl que en las islas polinesias se habla una misma lengua, con ligeras variantes, a pesar de las grandes distancias que hay entre una y otra isla.
Con el apoyo de diversas instancias de los gobiernos de Noruega, Estados Unidos, Inglaterra y Perú Thor Heyerdahl quiso comprobar su hipótesis consistente en que de Perú salieron las gentes que poblaron las islas polinesias.
Para hacer real la comprobación de esa hipótesis había que navegar en balsa desde el Perú como lo hicieron los antiguos adoradores de Kon-Tiki hasta donde volviera a tocar tierra. Solo él no podría hacer el viaje, tampoco podría hacer la balsa; por eso se dirigió por carta a sus amigos a quienes les comunicó lo siguiente: “Voy a cruzar el Pacífico en una balsa de madera para apoyar la teoría de que las islas de los Mares del Sur fueron pobladas desde el Perú”.
Thor investigó que el inca Tupac Yupanki había salido desde el Ecuador a las islas Galápagos justamente antes del tiempo de Colón; pero ni él ni ningún otro nativo se habían establecido allí porque no había agua para beber.
La balsa fue hecha de madera, precisamente del árbol llamado “balsa” que consiguieron del país llamado Ecuador, pues solamente este país tiene selvas donde abunda la madera de balsa, en el Perú ya no hay árboles frondosos y suficientemente altos en la actualidad, según informa Thor Heyerdahl en su obra escrita, ya aludida, refiriéndose a los árboles de “balsa”.
Habiendo conseguido los troncos de madera necesarios, la balsa fue construida con amarres de cáñamo en la Estación Naval del puerto de El Callao, Perú. Es relevante la información de que no usaron clavos ni tornillos de metal para unir los troncos, esto con el fin de que se pareciera a las balsas que usaron en la antigüedad. Terminada la construcción, la balsa fue surtida de agua para beber y de alimentos. Con seis tripulantes a bordo zarpó de El Callao el 28 de abril de 1947.
La balsa fue flotando como un corcho entre las olas del océano Pacífico, no tenía motor por lo que para el avance se ayudaron de una gran vela pintada con la imagen de Kon-Tiki. El gobierno de la rústica nave se ejerció con el remo de dirección montado en un tolete en la popa y los remos para orzar.
Partiendo de la costa peruana, la balsa fue avanzando siempre al oeste y al cabo de más de cien días de navegación fueron avistando algunas islas; pero no pudieron desembarcar en la primera tierra que vieron porque la balsa fue ingobernable para dirigir la proa buscando alguna playa favorable; se pasaron de largo y finalmente fueron a chocar en la costa de una isla llamada Tuamotu del archipiélago de las Raroia en las Polinesias.
Cabe hacer notar que al sur de las islas Galápagos hay traicioneros remolinos. Una embarcación, como por ejemplo una balsa, podría ser arrastrada o barrida en cualquier dirección por fortísimas corrientes marinas u oceánicas que van hacia la costa de América Central. Sin embargo, la corriente oceánica principal es la de Humboldt que tiene la tendencia de continuar rumbo a occidente.
De esta manera Thor Heyerdahl consideró haber demostrado que en balsa pudo haber habido emigración desde las costas de Perú hacia las islas polinesias o islas de los mares del Sur.
Habiendo hecho este relato, yo opino que hay varios argumentos que van contra la afirmación de Francisco de Burgoa consistente en que los huaves vinieron de Perú o Nicaragua.
Y aquí van los argumentos que contradicen lo que dejó escrito el fraile dominico Francisco de Burgoa con relación al origen de los huaves: Entre la tradición, superstición o costumbres de los huaves no existe nada que mencione a Kon-Tiki, antiguo dios de los peruanos. Tampoco existe algún monolito que represente a este antiguo dios, adorado en tiempos anteriores al cristianismo en todas las islas polinesias y desde luego en el Perú.
Actualmente, muchos huaves aceptan y afirman que su raza procede de Perú; pero no basan esa información en su tradición, en sus leyendas o en último recurso en sus creencias. Afirman su procedencia de Perú sólo por la conveniencia zapoteca de que se nos tenga siempre como extranjeros y advenedizos (como lo dijo Burgoa) y de esta manera legitimar las diversas formas de agresiones que sufrimos a nivel de etnia o raza. La ingrata afirmación del religioso Francisco de Burgoa nos ha dañado mucho y no tiene bases para un riguroso criterio de verdad.
Hagamos una revisión de lo que dijo ese fraile y veamos que si no es notable su intención de parcialidad en sus proposiciones. Se le nota la falta de neutralidad en el juicio al referirse a los huaves, como más adelante trataré de demostrar cuando me refiera a las guerras que enfrentaron los huaves contra los aztecas, primero, y contra los zapotecas, después.
Entre los habitantes de Ecuador y Perú está viva la imagen y el recuerdo de Kon-Tiki. También en las islas polinesias. Entonces: ¿Por qué entre los huaves no hay siquiera un vago recuerdo de este antiguo dios?
Yo opino que los pobladores de aquellas partes del mundo saben de Kon-Tiki porque ha habido relación entre ellos. Los huaves no saben nada de Kon-Tiki porque no se relacionaron con los pueblos que adoraron a este dios.
Y refiriéndome al idioma huave resulta que varios de nuestros vocablos o palabras están incluidos en la lengua maya, en la lengua zoque y en algunas otras lenguas que hablan los grupos indígenas de los Altos de Chiapas.
Por esta razón y con estas bases yo lanzo mi hipótesis de la siguiente manera: La raza huave es una derivación de la raza maya que puede agruparse entre los zoques, tojolabales, etc., para formar el grupo de las razas y lenguas mayenses. 




16 comentarios:

  1. Felicidades al autor, este es un esfuerzo inconmensurable.
    Le presagio muchas satisfacciones con la publicación de este texto.
    ¿Donde podemos adquirir un ejemplar?

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  2. MUY INTERESANTE, NI SIQUIERA SABÍA DEL LIBRO, ME ENCANTARÍA ADQUIRIRLO Y SABER MÁS DEL HERMOSO SAN FRANCISCO DEL MAR.

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  3. Lo buscaré hasta encontrarlo pero ojalá alguien me pueda facilitar la búsqueda. Valsseuse@gmail.com Gracias.

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  4. ¿Hay alguien ahí? ¿Habrá forma de contactar al profesor? ¿Alguien sabe dónde encontrar el libro? Tengo mucho interés en el tema pues estuve un año allí, en la década de los setentas y ahora mismo estoy escribiendo mis experiencias de allá. Me gustaría saber que pasó con Felipe Enríquez, Antonio Vázquez, Amado Enríquez, Antonio Miranda... y con todos los apoyos que recibieron del gobierno echeverrista:, equipos de pesca, maquinaria agrícola, etcétera.

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  5. hola buenas tardes! me gustaría saber si alguien ya encontró el libro, y donde lo puedo conseguir, me super urge conseguirlo, ya que es para un regalo muy especial. dejo mi correo para cualquier información compras@idoc.com.mx

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  6. De Fernando Gomez Parada, tuve el gusto de recibir en el año 2009 a manera de regalo, un libro de título "Tradiciones y costumbres Huaves", mismo que guardo celosamente a pesar del tiempo, y que ya leí como tres veces completo; las narraciones tienen un estilo con mucho sabor de las personas que provienen de esa cultura y de alguien que además esta bastante ilustrado en el tema. El Sr. Fernando, me dejó una muy grata impresión personal, por su sencillez, a pesar de ser una biblioteca cultural ambulante. Personalmente se dedicó a visitar las escuelas de esta región del istmo, porque como bien comentan la mayoría somos muy apáticos a conocer nuestra verdadera historia y ciertamente nos la tienen que ir a dejar a bocajarro para despertar nuestro interés. Yo no soy huave, pero después de conocer a tal personajes y haber leído su libro, quisiera serlo.
    Con mucho gusto puedo obsequiarle el libro autografiado por el Profesor Fernando a quien en verdad tenga el interés de ahondar en esa cultura y que en sus venas corra sangre Mero Ikook. Dejo mi correo: vitlog71@gmail.com

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  7. Donde puedo conseguir el libro "Apuntes de historia de San Francisco del Mar"?

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  8. Estimado lector.
    Este libro está agotado y no tenemos fecha para una re-edición.
    Lo lamento
    Gracias

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  9. El Autor del libro: Apuntes de Historia de San Francisco del Mar, Celso Gómez Parada agradece los comentarios surgidos por esta vía, y se pone a sus órdenes en la siguiente dirección para la adquisición del libro: Av. David López Nelio #77, col. LorenzaSantiago Esteva, 7ma. Sección, Juchitán de Zaragoza Oaxaca, C.P. 70,000.

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  10. Saludos para usted amiga Neiva Gomes de Pedro Orozco, solo para manifestarle mi deseo de adquirir el libro. Espero contactarlos pronto.

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  11. Hola me gustaria saber como puedo contactar al profesor Fernando Gomez Parada

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  12. Buenas tardes. La única forma es en el domicilio que dejó aquí anotado su hija, pero no responde. Luego los terremotos del año pasado acabaron por modificar domicilios, casas y gente y hemos perdido todo contacto con el profesor Gómez, tanto él como su hermano. Lamento no poder darle datos concretos pues no los tenemos.

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  13. Buenas tardes, yo conseguí este libro en el 2017 en la librería que se encontraba en la casa de la cultura. En este lugar tenian varios ejemplares de este y otros importantes libros. Lamentablemente con los temblores ya no funciona como tal la librería.

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  14. Existe algun ejemplar de este libro aun?

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