viernes, 11 de abril de 2014

CENTÉOTL EN LOS LUNES DEL CERRO AHORA EN EBOOK

SE REEDITÓ ESTE LIBRO!
 AHORA EN FORMATO EBOOK. 
Adquiérelo en:
 www.carteleseditores.com


La tarde del 10 de abril de 2014, en el patio del Hotel Casa Oaxaca, se presentó este libro cuya portada es la siguiente, habiendo compartido el micrófono este blogero con el escritor Salvador Sigüenza Orozco:

El diseño del libro se debe a Jorge Martínez.

El siguiente es el texto que leí al respecto. Le adornamos con unas cuantas de las imágenes que contiene esta valiosa investigación y agradecemos la gentileza de Guillermo García Manzano y Conchita Villalobos para otorgarnos el permiso de usarlas en esta entrada, aunque recordamos al lector que estas imágenes tiene Derechos de Autor protegidos.
En la edición participaron: el Instituto Universitario de Oaxaca, Horizontes de Arquitectura, Comex Grupo Autocolor de Oaxaca, Viga Producciones, el Ayuntamiento de Oaxaca, la Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca, la Fundación Harp Helú-Oaxaca y Pacmyc (2012)-Conaculta.
No exagero si le digo que corra a conseguirlo porque es el tipo de textos que se agota en cuanto sale a la circulación.

Dulce Yanet Grijalva Martínez, 
de San Pablo Villa de Mitla, Diosa Centéotl 2013.


Iniciemos pues el viaje:

CENTÉOTL EN LOS LUNES DEL CERRO EN OAXACA. 

EL MITO LLEVADO DE LA MANO ENTRE LA URBANIDAD Y LA RURALIDAD

Autores: Prometeo Alejandro Sánchez Islas, María Luisa Acevedo Conde, Demetrio Quiroz, 
Guillermo García Manzano, María Concepción Villalobos López y un estudio introductorio 
por Salvador Sigüenza.
Ed. A Contragolpe. Letras.

Hay libros oaxaqueños que nacen condenados a leerse y re leerse. Éste es uno de ellos. 

Dos tipos de verdades hay en el origen de la pareja humana y ambas están contenidas en este libro: el mito, que es cuento verdadero y la historia, que es verdad contada. Mientras el raciocinio parte en cachos a la realidad para entenderla mejor, el sentimiento integra en un todo lo racional más todo lo demás. Esta dualidad pone al mundo a girar y al hombre lo hace imaginar y saber.

Por eso este libro es ameno y útil porque nos explica el tema de Centeótl desde ambos puntos de vista: el mito yla historia. Responde preguntas al mismo tiempo que provoca más y nos comunica ciertos misterios que quién sabe por qué, heredaremos como valores estrictamente oaxaqueños a los futuros “nitos”. 

Podemos imaginar a un hombre sin dinero, pero no sin mitos. Podemos imaginar a una mujer sin hogar, pero no sin patria porque ella es “la patria”, aunque si debo ser preciso debería decir “la matria”, el lugar en donde el mito cobra vida. 

Centéotl en los lunes del cerro en Oaxaca es una joven indígena o mestiza elegida en su región para representarla con el mayor decoro posible. Los misteriosos engranes del mito oaxaqueño la vuelven promesa de la renovación universal gracias a que el maíz ha alcanzado la pubertad, al igual que ella. De esta forma una milpa se vuelve el lugar donde el universo siembra su circular perpetuidad. Marca la hora de renovar el ciclo. Anuncia la llegada de la fiesta oaxaqueña.

Evelyn Acosta López.
Loma Bonita. Diosa Centéotl 2012.

El lector hallará aquí un banquete intelectual para entender y apreciar los mitos parecidos que se repiten en distintas sociedades alrededor del planeta. El texto de Prometeo Sánchez titulado “Las divinidades agrícolas del mundo” nos coloca en un tema cada vez más olvidado por la cultura urbana: la tierra como fuente de la vida. Por lo mismo, para entrar en materia, es de lo más oportuno recordar cómo han construido sus cosmogonías las civilizaciones más antiguas del planeta.

María Luisa Acevedo Conde nos ofrece información de suyo polémica, si bien fundamentada en la historiografía: la práctica del culto a una divinidad asociada al maíz en Oaxaca. ¿En qué milpa prehispánica brotó por primera vez la adoración a la flor del maíz? ¿Azteca, xochimilca o zapoteca? Nos lleva de la mano desde el pasado mesoamericano hasta el presente para concluir que aquello que en el origen fue una fiesta popular ahora solamente es “un programa oficial llamado Guelaguetza”... 

Demetrio Quiroz es autor del texto titulado “Amo la Guelaguetza, pero amo más los Lunes del Cerro”. Con la sensibilidad del cronista que se desborda de emoción ante lo que vive, nos entrega no un cuadro, sino una exposición completa de fotografías mentales: Nos lleva a meternos a los barrios, a las casas, a los mercados... nos lleva de la mano con las comideras, nos guía por las faldas del Fortín recogiendo azucenas. Nos alerta de no tocar el chichicaxtle, nos recuerda qué tiendas había que visitar para comprar en abonos la ropa que habría de remojarse en el cerro... Su texto es la voz festiva de un nito “nacido y criado” en este solar, totalmente querendón de su terruño.

Alejandra López López.
Ciudad de Oaxaca. Diosa Centéotl 2009.

Guillermo García Manzano titula su texto “Centéotl”. La sencillez del concepto contrasta con la compleja biografía de esta joya del costumbrismo oaxaqueño contaminado por la alteración mercadotécnica del mito. La búsqueda del rostro de las primeras doncellas que la tradición hizo diosas, topa con la escasez de sus retratos. No existe ningún archivo oficial, a pesar de ser un acto oficial... La investigación iconográfica que hace nuestro autor nos lleva hasta el nada lejano año de 1969. A partir de entonces Centeótl parecería haber llegado para siempre a estas fiestas según se desprende de documentos reproducidos en este libro. 

Pero con fotos o sin ellas, yo recuerdo que en mi casa trascendía este que es mitad concurso y mitad ritual. Seguramente porque mi padre, don Néstor Sánchez, al ser periodista tenía que cubrir la información. 

Sayra Gabriela Hernández Espinoza.
Santo Domingo Tehuantepec. Diosa Centéotl 2011.

Revisando aquel pasado a vuelo de pájaro hallé que pueden haber tres momentos sublimes en la vida de la joven rural de Oaxaca que nos ofrece aún hoy la mitología y la costumbre.
El primero tiene relevancia solamente cristiana y no va más allá de los límites parroquiales. Ocurre cuando –sin concursar– llega a personificar a la Virgen María la noche de la Natividad.
El segundo tiene tintes de laicismo y patriotismo. Ocurre cuando sí se somete a un modesto concurso para personificar a la “América”. En este caso su trascendencia no rebasa las fronteras municipales.
El tercero tiene el vigoroso eco de la mitología mesoamericana. Es el concurso Centéotl. La gloria envuelve a la elegida y la fama le concede su gracia a través de los medios de comunicación que cubren las fiestas de los Lunes del Cerro. Su trascendencia con frecuencia se vuelve nacional.
La joven urbana, por su lado, dispone de otro sistema de símbolos para sentirse en las nubes. 

Pero volviendo a los viejos buenos tiempos, ¿qué fue de la hermosa señorita Dora Rodríguez Baños, de Pinotepa Nacional, diosa Centéotl 1969? Lo pregunto ahora porque aunque yo no pude apreciar su belleza entonces, su fama de diosa llegó volando a mi casa paterna. No hubo adulto que no tocara el punto en la sobremesa... De eso sí me acuerdo, pues su padre era amigo de la familia nuestra.

Dora Rodríguez Baños Santiago.
Pinotepa Nacional. Primera Diosa Centéotl 1969.

¿Qué sintió en 1971 la doncella ganadora María Teresa Ramírez Caballero? Ella misma confiesa el peso real del mito que personificaba. Quizás no fue del todo consciente de que en su encarnación de una divinidad agrícola antigua se expresaba el tiempo suspendido, la apoteosis del ciclo, aquél en el que a su lado, implorados por el ritual, la memoria y la fiesta, estaban también alineados todos nuestros antepasados, listos para echarnos una mano. Cuando los integrantes de las otras delegaciones le brindaban su respeto a la diosa Centéotl María Teresa Ramírez Caballero –cito textualmente:– “[me] solicitaron algo que realmente no estaba bajo mi control: [me] pedían lluvia, buena cosecha y salud para trabajar”... (p.88) Así lo recoge la investigación de Conchita Villalobos titulada “Las diosas, las mujeres”... Al leer esta entrevista el lector sentirá como el mito vuelve a palpitar con toda su vitalidad, tan pronto se le recuerda ¡Qué alma tan llena de misterios tienen la ruralidad oaxaqueña!

María Teresa Ramírez Caballero
Ejutla de Crespo. Diosa Centéotl 1971


No digo más porque Salvador Siguenza lo hace mucho mejor que yo en su estudio introductorio con el que abre esta edición.

Cierra este libro una gran cantidad de información fotográfica. Desde la primera doncella urbana que encarnando a la ciudad de Oaxaca en el primer “Homenaje racial” encabezó el jolgorio popular simplemente como “Señorita Oaxaca”. Retratos a todo color de muchas de nuestras Diosas Centéotl, las fotos de otras Centéotl de provincia como Ejutla y Zimatlán y de los programas oficiales de las fiestas desde los años de 1932, hacen de este libro un invaluable testimonio. A través de ellos García Manzano observa la intermitente presencia de Centeótl y cómo en algunos años en su trono se sentaron fugazmente las trágicas princesas Ita Andehui, mixteca, y Donají, zapoteca.

Ana Lucrecia Bautista Rafael.
Santa María Zacatepec, Putla. Diosa Centéotl 2010.

Me resulta difícil, por no decir imposible, enriquecer el valor de este libro. Combina muy bien la tradición oral con la documental, reúne a muchas mentes y sensibilidades en un solo tema, contiene ilustraciones inéditas, recoge testimonios de las protagonistas y reflexiona sobre aquello que empaña la fiesta. Realmente presentar este libro me puso en el dilema de preguntarme ¿qué más puede aportar un periodista como yo al tema?

Para fortuna mía los historiadores con frecuencia se olvidan del futuro.

Margarita Santaella.
Ciudad de Oaxaca. Primera "Señorita Oaxaca" que presidió  en 1932 el Homenaje Racial,
antecedente de la "Guelaguetza".

Centéotl es un mito tan viejo que tiene todo el futuro para mejorar. Así como este tema fue fruto de la reflexión colectiva de destacados intelectuales oaxaqueños formado en el Grupo A Contragolpe, así la resurrección del mito fue llevada de la mano por los más célebres intelectuales de Oaxaca de 1932, quienes “inventaron” el Homenaje Racial. Y así tendrá que ser en el futuro porque si algo ha hecho de la Guelaguetza un invento genial y resistente a las ocurrencias y puntadas así como a los ataques vandálicos de los “appos” es que su inmortalidad se basa en que ha sido un fruto colectivo en constante reinvención. Desde la costurera que rediseñó los trajes, desde la profesora que imaginó que una danza puede redimir a la mujer, desde la señorita que responde a una pregunta difícil recordando las palabras de su abuela... todas las alegrías, energías y creencias populares recrean y vuelven a refrescar estas fiestas agrupadas en lo que hoy llamamos Guelguetza, dedicadas simbólicamente a una diosa Centéotl muchacha que ha tenido que ganarse su sitio compitiendo contra iguales, así tenga que abandonar California, adonde se fue como migrante –quizás ilegal– para venir solamente buscando el honor de llegar a ser Diosa Centéotl, como fue el caso de la yalalteca Ana Deisy Alonso Ortiz en 2005. 

Ana Deisy Alonso Ortiz.
Villa Hidalgo Yalalag. Diosa Centéotl 2005.

Aunque Centéotl o Zintéotl es un dios mexica a veces hembra y a veces varón, o es las dos cosas simultáneamente, ya se dio en estas tierras zapotecas el paso de decidirla doncella. Cito al Dr. Víctor de la Cruz con quien platiqué de este tema: Qué bueno que la Secretaría de Turismo de plano la hizo mujer y joven, terriblemente bella y espeluznantemente joven. 

Isaura de los Santos Mendoza.
San Miguel Panixtlahuaca. Diosa Centéotl 2006.


CONCLUSIONES.

Debo ir más allá de los alcances de este libro, pues para eso se publican. Desde luego mis reflexiones, derivadas de su lectura, sólo reflejan mis inquietudes personales.

1.Celebro que el Grupo A Contragolpe dé a conocer sus investigaciones y cavilaciones sobre Centéotl y la cosmogonía que le sustenta. Por años estos temas no los vimos con la suficiente atención. Creíamos que eran sólo entretenimiento, folclor y borchinche para turistas, olvidando que Centéotl es más bien una consecuencia de nuestra cultura del maíz y no al revés. La edición es muy oportuna. Habrá que estar atentos a los enfoques bioculturales que sobre el maíz y otras expresiones culturales afines están haciendo localmente otros científicos preocupados por el mismo tema.

Adela Galván Ruiz.
Santos Reyes Nopala. Diosa Centéotl 1988.

2.Tenemos que aceptar que el universo de nuestras fiestas de la Guelaguetza-Lunes del Cerro está en crisis. Como tema peliagudo que es, lo haré tres cachitos para, según yo, analizarlo mejor:

Cachito A)Me temo que la identidad cultural entre el oaxaqueño y los “Lunes del Cerro” sufren un divorcio cada vez más frío. Pasó de ser una fiesta de los oaxaqueños a ser un espectáculo que sucede en Oaxaca, lo analiza la autora Acevedo Conde y coincido con ella. Aquellos elementos del oaxaqueñismo que le aportaron su energía inventándola, cada día se desvanecen más. 

Cachito B)En cambio, municipios del interior están haciendo sus propios “Lunes del Cerro” en las mismas fechas. Si alguien estima que hemos perdido algo, es fácil ir hasta ellos para analizarlos y ver cómo están siendo una fuente increíble de identidad popular.

Lorena Castellanos Villanueva.
Mixistlán de la Reforma. Diosa Centéotl 1985.

Cachito C)La otra crisis es indirecta, pero no menos grave: Me refiero al problema del cambio climático, la degradación de la naturaleza en Oaxaca y el frágil futuro del maíz criollo. ¿En 10 años estaremos hablando de "Centéotl T" la "Diosa del Maíz Transgénico"? Es la molesta pregunta que les hago.

Mientras pensamos cómo responderla y si vale la pena a hacerlo, seamos realistas y hagamos el siguiente ejercicio mental de vislumbrar el futuro con el siguiente guión hijo contrahecho de la ciencia ficción:  Lo que leeré enseguida lo hallé como crónica publicada en un portal de internet titulado “Nenguanitos y Noticias de Antequera”, con fecha de 18 de julio del año 2024. Repito la fecha para que no haya confusión:  18 de julio del año 2024. Cito textualmente:

"Como estaba prevista, la elección de nuestra Diosa Centéotl se desarrolló en un laboratorio subterráneo propiedad de Monsanto, la conocida empresa multinacional de biotecnología que tiene la patente exclusiva de los genes de casi todos los maíces oaxaqueños. Aunque no se sabe dónde está tal laboratorio, la vox populi le dice “el pañuelote”... algo sabrá la gente. Ningún plantón pudo interrumpir el concurso, aunque en la superficie sí hubo un connato de bronca en el jardín de El Pañuelito. Ante las protestas ciudadanas, la Secretaría de Turismo explicó por qué se vio obligada a aumentar el precio del boleto: “–Simplemente porque ya no nos alcanzaba para pagarle los "derechos de autor" a la trasnacional citada, pues debemos hacerlo cada vez que por estas fechas se mencione la palabra "maíz", dijo textualmente un subsecretario”.... Otro alto funcionario que pidió el anonimato agregó que aunque solicitó la instalación de una mesa de diálogo con Monsanto, ésta la rechazó. Entonces el gobernador y el presidente municipal decidieron salvar de una vez por todas al concurso Centéotl, y de paso a la Guelaguetza completa, así es que en un gesto inédito juntaron sus presupuestos y compraron una robot china a la que vestirán de indígena todo julio. La Cámara de Diputados publicó ya el decreto correspondiente. El Tribunal Superior de Justicia, por unanimidad, aceptó que es perfectamente legal olvidar la palabra maíz. Por su parte, la Asociación de descendientes de las antiguas diosas Centéotl hicieron llegar a todas las redacciones de los medios locales un enigmático boletín que reproducimos íntegro, ya que solo contiene escrita una línea entre signos de admiración e interrogación: ¡¿Por qué?!… Todo indica que los siguientes serán los mejores lunes del cerro de toda la historia, declaró el regidor de espectáculos. La Tesorera estatal, por su parte, aclaró que no corremos ningún riesgo extra de sangrar las finanzas públicas, pues a la robot china, que habla en perfecto castellano, se le programó desde fábrica para que cuando tenga que mencionar el problemático vocablo "maíz" lo diga en chino. A pregunta expresa de este reportero de cómo se pronuncia eso, la funcionaria hizo gala de su poliglotez y con gran desparpajo exclamó: "A-xhingá!, así suena, respondió. Seguiremos informando desde la Rotonda de la Azucena"...

Heidy Toledo Villalana.
Santo Domingo Tehuantepec. Diosa Centéotl 2007.

3.Volvamos al presente. Con el paso del tiempo, Centéotl vino a ser un espacio donde la mujer oaxaqueña triunfa sin tener que dejar de ser lo que ha sido. Es todavía raro en nuestro país ver que una mujer del medio rural tenga éxito social vestida de indígena. Por cosas que no traeré al caso, mantenemos el cliché de asociar la pobreza al indígena, más el agravante de la ignorancia si además de indígena se es mujer. Todo ello es cierto. También lo es que sufre calladamente machismos y violencias y que la justicia le regatea su servicio cuando se ha asesinado a alguna joven en Oaxaca. Hierve la sangre saber que tienen que parir hijos en los pisos de los hospitales, símbolos de "nuestro" progreso. 

Concepción Martínez Merino.
San Juan Copala. Diosa Centéotl 2001.


Centéotl, en contraste, se ha ido convirtiendo al paso de los años en el espacio del éxito y en el momento de triunfo de la paisana oaxaqueña. A diferencia de otros certámenes de belleza femenina occidentalizada, el Centéotl premia la belleza moral y comunal de la mujer rural, indígena y mestiza. Centéotl estimula nuestros mitos, por un momento coloca a la mujer en el mismo trono donde recibieron las mujeres sobrenaturales las plegarias de la humanidad antigua, recalca aquella identidad ideal en donde no hay conflicto y no pesa ninguna contradicción porque es una fiesta que corona las jornadas de trabajo de sol a sol en el campo y celebra a la naturaleza y a la humanidad como un todo pleno de sentido. 

Este libro recogió la voz de algunas protagonistas. Ojalá, algún día, podamos escuchar lo que tienen que decirnos otras mujeres rurales triunfadoras como éstas acerca de la vida en general, de la economía estancada, del campo que ya no rinde, del éxodo migrante, de la terrible corrupción, de la inseguridad y de la pésima educación a que están condenados sus descendientes... 

Dora Rodríguez Baños Santiago bailando chilenas.
Pinotepa Nacional. Diosa Centéotl 1969.

“Centéotl en los Lunes del Cerro en Oaxaca”, hecho con erudición y emoción, me condujo a estas líneas mitad reflexiones y mitad confesiones. Es fruto del mismo vergel del que habla. Devórenlo como yo y esparzan sus ricas semillas en el siempre hermoso Oaxaca.

Claudio Sánchez Islas.
10 de abril de 2014.





6 comentarios:

  1. Mito o no, te leí con gran gusto.Tienes una manera de escribir que ya en sí es un cuento. Felicidades. Manuel.

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  2. Me gustaría adquirir ese libro, donde lo puedo comprar?

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  3. Hola.

    El libro Centéotl y otros más producidos en Carteles Editores, están a la venta en esta ciudad de Oaxaca en la Librería "Amate Books", ubicada en la esquina de calle Macedonio Alcalá y Abasolo. Comparte el cubo del zaguán de la Hostería de Alcalá y tiene dos balcones que dan a la calle de Alcalá, también conocida como "Andador turístico".

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  4. Cómo o dónde lo puedo adquirir en el DF?

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  5. HOLA ME INTERESA SABER SI TIENES ALGUNAS IMAGENES DEL CERTAMEN DEL 2002 YO PARTICIPE EN ESE AÑO FUI FINALISTA

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  6. Me encantaría que incluyeran a mi abuela diosa Centeótl en 1934 aproximadamente cuando solo tenía 13 años de edad

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